El legado de Mourinho se traslada a la selección

Manuel Castilla / Colpisa MADRID

DEPORTES

La tensión entre Arbeloa y Casillas, único contratiempo antes de la Confederaciones

15 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Que José Mourinho dejó dañada la imagen del Real Madrid y dividió al vestuario blanco pocos lo discuten. El problema se agrava cuando ya no solo afecta al club de Chamartín, si no que se traslada a la selección española, que a partir del domingo se jugará la Copa Confederaciones, el único trofeo que falta en sus vitrinas. Siempre hubo competitividad entre los internacionales españoles en sus clubes, pero cuando se juntaban en la selección reinaba el buen ambiente y la unidad. Hasta que apareció Mourinho.

Una de las claves de la victoria en la Eurocopa en 2008 radicó en el compañerismo entre futbolistas que lideró el portero Pepe Reina. Eran buenos tiempos para la selección y para el Barcelona -un año más tarde logró el «sextete»-, pero no para el Real Madrid. Ante esta situación, Florentino Pérez fichó a un entrenador tan polémico como exitoso: Mourinho.

El portugués llegó a la «casa blanca» en 2010 y desestabilizó la armonía entre culés y merengues.

La ida de las semifinales de la Liga de Campeones de ese mismo año fue el detonante que rompió la amistad entre los españoles, ya que los blancos, que repetían las palabras de Mourinho, acusaron al árbitro de haber favorecido al Barcelona al expulsar a Pepe por una entrada sobre Alves. «La expulsión es rigurosa; les facilitó el partido», sentenció Casillas. El ánimo estaba caldeado entre los compañeros de selección y los azulgrana no ayudaban a apaciguar los ánimos.«La imagen del Real Madrid es patética», declaró Xavi, uno de los capitanes de España.

La Supercopa de 2011 no hizo más que incrementar la tensión. Entradas a destiempo, piques en medio del campo, gestos desagradables... Pero una acción fue la gota que colmó el vaso. Mourinho y su afán de protagonismo entraron en escena y el dedo del portugués fue a parar al ojo del segundo del Barça, Tito Vilanova. Parecía que la mejor generación del fútbol español estaba rota, y todos indicaban a una misma persona: «The Special One». A Mourinho se le acusó de concienciar a los blancos de que los azulgrana eran sus enemigos.

Sin embargo, una llamada apaciguó el incendio. Casillas tuvo el coraje de llamar a sus amigos Xavi y Puyol para pedirles disculpas por el comportamiento del Madrid en la Supercopa. El grupo de La Roja podía volver a unirse. La Eurocopa de 2012 dejó claro que la unión volvía a ser real, ya que imperó el buen clima en el vestuario y se consiguió alzar el trofeo.

«Si la Eurocopa hubiese sido el año pasado habría sido problemática», reconoció Casillas, el capitán de la selección, que no ocultó que la amistad entre blancos y azulgrana no había pasado por sus mejores momentos.

Mourinho no toleró que su portero hiciera las paces con el Barcelona.

Madrid y Barça son eternos rivales deportivos, pero nunca personales.

El portugués nunca llegó a entender eso. Castigó a Casillas con el banquillo en el Trofeo Santiago Bernabéu e intentó que se volviera a romper la relación entre los capitanes de los clubes. Así comenzó a fraguarse la batalla entre el luso y el mostoleño, que acabó con la suplencia del que, para muchos, es el mejor guardameta del mundo.

La degradación de la relación entre Mourinho e Iker generó una guerra civil en el vestuario. Muchos dieron apoyo a su capitán, pero alguno, como Arbeloa, siguió en el bando del portugués. «Mourinho se ha partido la cara por el Real Madrid, no como otros», denunció recientemente el lateral blanco, que no quiso dar nombres, aunque todos apuntaron a la misma persona: Casillas. De nuevo se pensó que la selección uniría una vez más a todos los jugadores, pero parece que esta vez va a ser más difícil.

«Hay compañeros que se van a comer con periodistas que a mí me matan», afirmó la madrugada de este viernes Arbeloa. Esta frase recuerda mucho a la que dijo el portugués semanas atrás: «Debo ser el único entrenador de la historia del Real Madrid que no ha comido nunca en restaurantes importantes de la dinámica deportiva». El técnico acusó a quienes se citaban con periodistas para hablar de la actualidad, algo que él nunca haría.

La relación entre Casillas y Arbeloa está en horas bajas. «Mi relación con Iker es un tema que tenemos que resolver», ha admitido el defensa.

Se desconoce cuándo será. Lo que sí ha quedado plasmado es que los problemas provocados por Mourinho durante su estancia en el Real Madrid han traspasado el vestuario blanco y se han instalado en el del combinado nacional, algo negativo de cara a la Confederaciones.