Ferreiro veta la llegada de los buses al centro

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

ABEGONDO

MARCOS MÍGUEZ

María Pita, que hace un mes negaba su rechazo al plan, exige a la Xunta garantías de que no habrá atascos

24 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«O que non imos facer, e temos o apoio de todos os concellos da área metropolitana para isto, é permitir a entrada dos buses no centro da cidade, se non hai garantías de que iso é avaliable e revisable nunha comisión bilateral na que estea o Concello da Coruña, e se nos garanta que non vai supor un problema de tráfico», afirmó ayer Xulio Ferreiro.

El alcalde insistió en que el gobierno local mantendrá esa postura hasta que se cumplan las citadas condiciones, cuya responsabilidad atribuyó a la Consellería de Infraestruturas, impulsora del plan para que 43 líneas de transporte interurbano lleguen hasta el centro de la ciudad.

Es la primera vez que el Ayuntamiento se opone de forma clara a la aplicación del proyecto, que contribuyó a elaborar. Es más, en la reunión de la comisión de seguimiento del plan de transporte metropolitano celebrada el pasado 19 de abril, a la que acudieron representantes de 16 ayuntamientos y la conselleira Ethel Vázquez, entre otros cargos de la Xunta, el edil de Mobilidade Sostible, Daniel Díaz Grandío, aseguró que desde María Pita «non se pon en cuestión a continuidade do plan de accesibilidade». Lo hizo después de que la conselleira preguntase por los «rumores de que non se vai continuar coa accesibilidade na Coruña».

En ese encuentro, ninguno de los representantes municipales pidió que se paralizase el plan, que el jueves fue aprobado por el Consello de la Xunta. Fue entonces cuando el gobierno local coruñés acusó a la Xunta de actuar de forma unilateral, pero otros regidores del área no secundaron esas críticas -aunque ayer Ferreiro aseguró que cuenta con el respaldo de todos-. El alcalde de Abegondo, José Antonio Santiso (PP), señaló su satisfacción por una medida que «mejorará notablemente» la movilidad, y pidió «que se ponga en marcha cuanto antes». El de Carral, el también popular José Luis Fernández, también pidió que se inicie cuanto antes. La de Bergondo, Alejandra Pérez (PSOE), cree que el plan no solventará las carencias de transporte más graves, pero sí «es una nueva posibilidad que beneficiará a los vecinos». Más distante se mostró Julio Sacristán (PSOE), alcalde de Culleredo, que exigió a la Xunta más diálogo, y tachó el plan de «parche» hasta que se redacte un plan específico para toda el área.

La respuesta de la Xunta

Por su parte, el gobierno gallego señala que la comisión que demanda Ferreiro está incluida en el plan. El documento, en su página 146, recoge que estará conformada por técnicos del Ayuntamiento y de la Xunta, que diseñarán las distintas fases de aplicación del plan, el calendario para ponerlo en marcha y tomar decisiones de mutuo acuerdo para corregir su funcionamiento.

Fuentes de la Consellería de Infraestruturas aseguraron que las acusaciones de Ferreiro de falta de diálogo han causado «perplejidad», ya que «durante meses hubo un diálogo bilateral permanente» con el Ayuntamiento, en el que «se acreditó, con estudios de tráfico firmados por técnicos especialistas, que no habría afección significativa al tráfico». Recordaron además que el proyecto se aprobó «partiendo de ese marco de acuerdo y de ninguna oposición manifiesta», ya que en la citada reunión del 19 de abril «se preguntó expresamente» si algún ayuntamiento se oponía al plan, y nadie lo hizo.

Desde el departamento que dirige Ethel Vázquez lamentaron el «bloqueo» del Ayuntamiento al plan, que «trata de responder a una demanda que se traslada desde hace mucho tiempo desde el entorno metropolitano y que se entiende positiva para reforzar el atractivo de la ciudad y fomentar el transporte público».

La Compañía de Tranvías pidió que se retire el proyecto

Hasta que ayer el alcalde anunció su rechazo al plan de la Xunta para que los buses interurbanos lleguen al centro, la principal oposición al proyecto había partido de la Compañía de Tranvías, la gestora del transporte público urbano, que la semana pasada pidió a la Xunta que retirase el texto señalando que afectaría a alguno de los puntos más conflictivos del tráfico urbano, y que se alargarían entre 20 y 40 minutos los tiempos de los servicios.