El albergue del monasterio de Sobrado dos Monxes, una joya renovada

D. Vázquez SOBRADO DOS MONXES / LA VOZDATA / AGENCIA

A CORUÑA

Turismo vincula su apertura, tras la reforma integral, a que haya demanda

31 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Enclavado en el primer claustro del monasterio, el denominado claustro de Peregrinos, dentro de un bien de interés cultural, monumento histórico artístico nacional y patrimonio mundial de la Unesco, el albergue que atienden los monjes cisterciense de Sobrado dos Monxes está a la espera de los primeros peregrinos de una nueva era, la que arranca ahora tras una remodelación integral.

Los trabajos se ejecutaron aprovechando el cierre por la pandemia. Emilio de la Iglesia, gerente de Turismo de Galicia, indica que solo se está esperando a que haya demanda para volverlo a reabrir. «O albergue xa está preparado e perfectamente acondicionado», explica De la Iglesia sobre una actuación en la que la Xunta invirtió 737.044 euros. «Durmir nas estancias dun mosteiro ten un valor engadido», comenta sobre un espacio del que destaca la majestuosidad. De la Iglesia admite su satisfacción con las cifras de peregrinos alcanzadas este año, más de 165.000 hasta el momento, y el auge del Camiño Norte, en el que se enmarca esta instalación.

De la labor hospitalaria de este monasterio existe referencias desde el siglo VI, pero en la época moderna se recuperó en 1966, cuando los monjes volvieron a habitar el recinto. En el 2008 fue la última reforma de un albergue que se ha adaptado ahora a unos huéspedes con unas necesidades distintas. «Un peregrino ahora no concibe no tener donde enchufar sus aparatos o estar sin wifi», explica el británico Lawrence Curran, el monje responsable de atenderlos.

«Había más de 100 camas en literas y en el altillo del comedor, colchones volantes para gente que venía con sacos o esterillas. En el 2010, había gente por todos los lados, por los pasillos de los claustros, la cocina... Hoy, con la experiencia del coronavirus, se sabe que no es un buen criterio por razones de seguridad y salubridad», apostilla Curran, comentando la capacidad que tenían antes de estas obras inauguradas oficialmente el pasado lunes. Ahora el aforo ha quedado reducido a 98 plazas.

Exceptuando tres o cuatro días al año, en esta instalación, incluida dentro de los albergues de la Xunta, no se produce un lleno. La ocupación media se sitúa entre 60 y 70 personas, la mayoría, remarca Curran, extranjeros. «Lo que distingue al albergue de Sobrado es tener un contacto con los monjes, poder preguntar lo que sea, muchos llevan semanas andando y necesitan hablar. Es otro tipo de experiencia dentro del Camino, que hay muchas maneras de hacerlo», dice.

Luis Vázquez Arcay, arquitecto responsable de la obra, remarca que lo realizado es una «reordenación interior de lo ya existente», con una actualización de los interiores, de la red eléctrica, los cuartos de baño, instalación de alarmas de detección de incendios y la iluminación del claustro, además de una renovación del mobiliario y una mejora de la accesibilidad. «La transformación supone un albergue nuevo, actual, reformado y atractivo», precisa.

María José Vilanova Mouriño, la decoradora de interiores, explica que el objetivo fue «respetar la arquitectura de la zona del albergue» y reconoce la complejidad de la obra en cuanto a instalación eléctrica y lograr unos acabados más cálidos y acogedores, que se adaptasen al inmueble. «Optamos por mobiliario en madera natural, se eliminaron plazas para evitar la masificación y actuamos además en la zona de recepción, para facilitar el registro, así como en los baños y en la cocina, que estaba muy antigua», explica, remarcando que en una segunda fase se llevará a cabo en el exterior una zona de lavandería en hormigón y madera.

Interior de la iglesia del monasterio de Santa María de Sobrado
Interior de la iglesia del monasterio de Santa María de Sobrado Dolores Vázquez

La iglesia, en la que se invirtió 1,5 millones, albergará actos culturales

La imponente iglesia del monasterio está vacía. En el interior hay un altar y parte de un retablo en una capilla lateral. Su riqueza interior se perdió con la desamortización de Mendizábal y los años de abandono. Cultura de la Xunta invirtió, en el 2019, 1,5 millones en eliminar las filtraciones y se espera destinar, en un futuro, a actos culturales. No se plantea su recuperación con oficios religiosos regulares, aunque sí los albergó de manera singular. Los 14 monjes que viven ahora en Sobrado no podrían atenderlo.