Dos millones reviven Santa Bárbara

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

Los nuevos gestores destacan la inversión y la importancia de la maquinaria

18 ene 2015 . Actualizado a las 08:46 h.

Túneles para probar armas a 300 metros de longitud. Ocho largos edificios, algunos de ellos repletos de maquinaria. Terrenos en los que entrarían varios campos de fútbol. Lo primero que sorprende del interior de la fábrica de armas son sus dimensiones. Y junto con los 127.000 metros cuadrados de la concesión del Ministerio de Defensa a la empresa Hércules de Armamento están las medidas microscópicas de los mecanizados de alta precisión que pueden hacerse con las máquinas que hay en las instalaciones de Pedralonga. La soldadura con haz de electrones es una de las joyas, «la mejor soldadura que hay y la única máquina de este tipo en España», destacan los nuevos gestores.

Muchas de estas máquinas están estos días cubiertas con plásticos con el fin de protegerlas de los trabajos de cambio de pavimento. Mientras, en la nave de mecanizados varios especialistas ponen a punto un torno. «Debemos llevar casi dos millones de euros de gasto desde que hemos entrado aquí y eso solo para arrancar la fábrica», destacan los gestores. Hay zonas protegidas por la discrecionalidad que impone el sector armamentístico. Y esa discreción obliga a medidas como que al final de cada jornada toda la producción de la fábrica se encierra en jaulas, bajo la supervisión de agentes de la Guardia Civil, que al día siguiente las volverán a abrir para poder seguir con la elaboración.

Los gestores muestran otros departamentos como la sala de metrología en la que se hacen medidas nanométricas a través de ópticas. De todos modos, la «madre de las máquinas» es la Dixi 50 «capaz de elaborar cuatro piezas distintas al mismo tiempo», destacan.

Los hornos de temple por vapor, el nuevo sistema informático del recinto «que sirve para la fabricación aeronáutica» o la sala de enderezado de cañones son elementos que destacan. Sobre esta última sala indican que ya estaba cuando se abrió la fábrica, ya que se trata de una tarea muy especializada y que sigue siendo necesaria en esta nueva resurrección de la fábrica de armas.