La última persona que vio a Diego Novo con vida lo encontró en el baño sin chanclas

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA

La madre de Diego Novo junto a su abogado, con el padre del pequeño y familiares y amigos a su llegada a los juzgados.
La madre de Diego Novo junto a su abogado, con el padre del pequeño y familiares y amigos a su llegada a los juzgados. Paco Rodríguez

La instructora, que dirigía otra clase a la misma hora en la piscina, declaró que terminó más tarde y no quedaba nadie en el agua

16 ene 2013 . Actualizado a las 15:57 h.

El segundo día de juicio por la muerte de Diego Novo en la piscina del colegio Liceo La Paz el 30 de marzo de 2009 comenzó con la comparecencia de la monitora que aquella mañana se encargó del otro grupo de niños que compartieron la piscina con el que estaba el pequeño. Recordó que terminó más tarde las clases, por lo que al abandonarla y dirigirse a los vestuarios no quedaba nadie en el agua.

Luego, a preguntas de las acusaciones, aseguró que días después de los hechos «alguien» le comentó que Diego «había pedido ir al baño», contrariamente a lo declarado por los imputados, que negaron ese extremo. Pero interrogada por la defensa, precisó que no sabía muy bien si le habían dicho que Diego Novo «había ido al baño o si había pedido ir al baño». La jueza, en un intento de que aclarase la frase, dijo que «creía» que le comentaron que «había pedido ir al baño». También comentó que los niños no podían quitarse solos la burbuja.

La profesora le dijo que se pusiera las chanclas

A continuación ha declarado la profesora del Liceo que se encargó de recoger a los niños del grupo de Diego Novo para llevarlos de la piscina a clase y explicó que llegó al vestuario 5 minutos antes de la finalización de la hora de natación y se encontró al fallecido descalzo en el baño. Le dijo que se calzase y se dirigió a la puerta de acceso a la piscina, observando que los niños estaban ya saliendo del agua. También declaró que siempre tenía que haber alguien controlando la piscina entre una clase y otra para evitar que un niño se colase y cayese o se escapase del resto de compañeros.

Una comparecencia crucial para el juicio

El socorrista afirmó en la primera sesión del juicio que no apartó la vista de la piscina durante la media hora que duró la clase y que solo hubo un niño que pidió ir al baño y no era el fallecido. Estas palabras se contradicen, en opinión de las acusaciones, con lo declarado en su día por aquella maestra que llamó la atención a Diego Novo en el aseo. Aunque el propio socorrista también dejó abierta la posibilidad de que saliera del agua sin ser visto y que luego regresase a la piscina cuando había terminado la hora de natación y ya estaban todos en el vestuario.

Aquí juega un papel importante la burbuja, según las acusaciones. Si el propio socorrista reconoció que era muy difícil que un niño de 4 años se quitara él solo el flotador, ya que tiene un cierre de seguridad, cómo es posible que esa profesora lo viera en el baño sin él.

La monitora que se encontraba aquella mañana al cuidado del grupo de 13 alumnos de infantil entre los que estaba Diego Novo vino a decir lo mismo que el socorrista, que solo uno de ellos pidió para ir al baño y ella misma lo acompañó. Faltaban escasos minutos para que finalizase la clase. De hecho, cuando regresó a la piscina con el pequeño, la instructora de apoyo de natación se quedó en la puerta de los vestuarios esperando a su compañero, que ya estaba quitándoles las burbujas a los demás alumnos.

Estos dos imputados, para los que las acusaciones solicitan una pena de cuatro años de prisión como presuntos autores de un delito de homicidio por imprudencia, relataron el pasado lunes ante la titular del Juzgado de lo Penal número 5 que el protocolo de las clases de natación se inicia en el vestuario, cuando recogen a los niños en bañador y tanto el monitor como el socorrista los acompañan al borde de la piscina. Allí les ponen la burbuja y les ayudan a meterse en el agua. Al tratarse de niños de tan corta edad, los hay que no quieren meterse y se quedan en la orilla. Y los que se meten, juegan. Es lo único que hacen. Mientras la monitora está fuera, próxima a los críos, el socorrista los observa un poco más apartado, teniendo así una visión más completa. Si un niño necesita ir al baño, lo acompaña uno de ellos. Como ocurrió aquel día con un compañero de Diego Novo.

Una vez finalizada la clase, según relataron, les ordenan salir del agua y les van quitando las burbujas y ayudándolos a poner las chanclas. Luego se dirigen al vestuario en fila india, con un adulto al principio y otro al final. Si esto fue así, ¿cómo apareció Diego en el fondo de la piscina? Ni los imputados se lo explican.