La historia de O Pindo en el Geolodía 2016

J. Ramón Vidal Romaní

CARBALLO

Unas 200 personas llegadas de toda Galicia participaron en el recorrido programado

11 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Unas 200 personas llegadas de distintos puntos de Galicia participaron en la ruta del Geolodía 2016, una jornada de divulgación anual promovida por la Sociedad Geológica de España y que este año giró en torno al Monte de O Pindo. A través de varios puntos de observación y explicación, y pese a la lluvia, el viento y el frío, los asistentes pudieron conocer de primera mano la historia de este macizo.

El Pindo es una roca de 305 millones de años de edad. Galicia, según Isidro Parga Pondal, es granito y pizarra. Las pizarras son sedimentos marinos formados muy lejos, pero los granitos son las primeras rocas formadas en Galicia durante la colisión de dos grandes placas litosféricas: Gondwana (todos los continentes del Hemisferio sur) y Laurrusia (todos los continentes del Hemisferio norte). Durante el Devónico superior, entre 380 y 370 millones de años antes de ahora, el choque de esos continentes, produce una generación de volcanes que desde el Carbonífero, hace 305 millones de años, estuvieron activos durante millones de años hasta su extinción, formándose al final el megacontinente de Pangea. Desde el final de la actividad volcánica hasta hace 200 millones de años, la erosión destruyó todos los grandes cráteres volcánicos arrasándolos hasta 15 kilómetros de profundidad, por lo que las masas graníticas que ahora se ven en superficie son las raíces de aquellos volcanes.

Todos los macizos graníticos gallegos, y O Pindo entre ellos, tienen el mismo origen y edad. Hace 200 millones de años se vuelve a poner en marcha la tectónica de placas rompiendo Pangea en fragmentos: son los actuales continentes. Por ello Península Ibérica y costa de Galicia tienen 200 millones de años y es entonces cuando O Pindo se sitúa al borde del mar. Como en cualquier continente, en Galicia los ríos son los principales agentes erosivos que excavan sus valles fluviales y transportan el agua de la lluvia hacia el mar, adonde llegaron por primera vez hace 100 millones de años y por ello la edad de las rías gallegas es la misma. En el Paleógeno, entre 65 y 24 millones de años antes de ahora, la placa Euroasiática chocó contra la Placa Ibérica formando la Cadena Cantábrica y levantando a Galicia y con ella al Pindo. Por eso el Xallas desemboca en el mar en una cascada que tiene 65 millones de años. En los últimos 2,56 millones, la orilla del mar se ha alejado y acercado 30 kilómetros a donde está ahora en 40 ocasiones. Con ello, el paisaje costero de Galicia ha pasado desde tener una orla de grandes playas y arenales de muchos kilómetros de ancho a la situación actual, donde toda la costa en regresión es destruida aceleradamente. Es lo único que cambia.

Cinco detalles del recorrido

La fervenza del Xallas en O Ézaro. Los participantes de la excursión del Geolodía 2016, ante una cascada que se empezó a formar hace 65 millones de años (con el megáfono en la mano, Juan Ramón Vidal Romaní, director del Instituto de Xeoloxía Isidro Parga Pondal, que depende de la UDC). Su caudal actual no es el normal sino que ha sido reducido al llamado caudal ecológico.

Hacia el mirador de la cascada. La llegada hasta el mirador de la cascada se ha construido en la zona de mayor riesgo de caída de bloques o de inundación en época de crecidas, lo que debería ser convenientemente señalizado. En la imagen, participantes en el recorrido, en la propia pasarela que conduce hacia la fervenza, un gran atractivo en la Costa da Morte.

Acumulaciones de bloques graníticos en la zona de O Cibro. En los espacios entre estos grandes bloques se ha desarrollado un sistema de cavidades que estuvo ocupado por el hombre prehistórico entre 30.000 y 10.000 años antes de ahora. Se explicó a los asistentes cómo se formaron estas cavidades, y también cómo influyó el hecho de ser atravesadas por un curso de agua.

La naturaleza se va recuperando tras el incendio. La naturaleza es casi tan fuerte como el propio Monte Pindo. A pesar de los inexistentes cuidados, la primavera parece recuperar el tiempo perdido, y la naturaleza se va recuperando después del pavoroso incendio que, hace dos años y medio, arrasó numerosas hectáreas de este bello entorno.

La costa rocosa sigue igual que hace 200 millones de años. Hace 200 millones de años, el gran continente de Pangea se fragmentó formándose así la Península Ibérica y la costa atlántica de Galicia. Desde la cima de A Moa, lugar desde el que se tomó esta imagen durante el recorrido de este pasado domingo, vemos un paisaje rocoso que ha permanecido inalterado hasta el día de hoy.