El infierno de los caballos está en la parroquia de Rodís

Cristina Viu Gomila
Cristina viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

JOSE MANUEL CASAL

Tres equinos malviven en una finca, aunque controlados por la Xunta

01 oct 2014 . Actualizado a las 08:42 h.

Dicen que los caballos sueñan con extensas praderas de hierba verde. En ese lugar imaginario está su cielo. Su infierno es terrenal y está en la parroquia cercedense de Rodís. Allí malviven ahora tres ejemplares, al raso, bajo el sol inclemente de este verano tardío, sin poder moverse y sin acceso al agua.

Su propietario es Horacio del Río, que llegó de Abegondo y que ha sido detenido por robar ganado. Ahora está en la cárcel. Los vecinos de Gosende y de otros lugares próximos respiran más tranquilos, pero poco pueden hacer contra este viejo conocido del alcalde cercedense, por las continuas denuncias de los residentes, y del Seprona y la Consellería de Medio Rural, que controlan desde hace tiempo los animales.

Veterinarios de la Xunta acuden periódicamente a comprobar que los caballos no hayan llegado al punto en que haya que aplicarles la eutanasia, pero en el entorno están cansados de ver constantemente estampas de maltrato y abandono. También el alcalde, José García Liñares, que ayer se sorprendió de que no se haya encontrado todavía una solución para este caso y de que los vecinos no hayan acudido de nuevo a la Policía Local, pero reconoce que están cansados de que sus denuncias solo sean escuchadas. Hace meses el Concello asumió la tarea de buscar destino a una de las yeguas que encontró una vecina su finca porque el equino llegó a una propiedad municipal, pero poco más puede hacer.

Las denuncias son continuas, sobre todo porque la mayor parte del ganado que tiene Horacio del Río acaban en parcelas que no le pertenecen. De hecho, también fueron encontradas allí vacas que desaparecieron en Mesía. Finalmente fueron devueltas a su propietario, pero antes dejaron a los residentes sin dormir durante días, ya que parieron, pero no se les permitía amamantar a sus crías.

Viendo la situación en la que se encuentran los animales, los habitantes del entorno acabaron por soltarlos, pero el problema no hizo más que empeorar, ya que los equinos fueron a fincas particulares e incluso salieron a la carretera.

Tampoco los habitantes en Gosende, que son los que más sufren el problema quieren a los caballos en sus terrenos. Tienen miedo de que aparezca una res robada. También están preocupados por si mueren en sus campos, puesto que tendrían que retirar los cadáveres. Llevan años dando de comer y de beber al ganado, al igual que el Concello. El alcalde aseguró ayer que enviará un trabajador para comprobar la nueva denuncia.

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