Seis años de la visita de Hawking a Fisterra

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Stephen Hawking, en Fisterra.
Stephen Hawking, en Fisterra. J. M. CASAL

25 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Stephen Hawking siempre está en el candelero (llama del saber) científico, pero estos días más, porque ha acudido a una cita internacional en las Canarias, el festival Starmus, y sus declaraciones, como acostumbran, han tenido un eco mundial: de dónde (cree él) que venimos, la importancia de la ciencia, la estafa del creacionismo... Es una de las grandes figuras mundiales: seguramente también por su hazaña en la lucha contra la ELA, pero desde luego por sus avances en el conocimiento sobre el origen del universo. Conste que lo de la ELA no es baladí: cada día que pasa rompe las barreras establecidas en su día sobre un inminente (lo decían hace años) fallecimiento, agrandando aún más el mito, como si le hiciera falta.

Tal día como hoy, hace seis años justos, Hawking pasaba la jornada en Fisterra. Fue todo un acontecimiento. De los que no se olvidan. Cuando bajaba hacia al puerto, los clientes de la terraza de un local se levantaron espontáneamente y se pusieron a aplaudir (la escena se repetiría más tarde en dos ocasiones). Cuando subía, una vecina le regaló un cuadro. Los peregrinos se arremolinaban y no paraban de hacer fotos. Él mismo pidió que le hiciesen una con el pueblo de fondo. Y así, varias anécdotas.

Hawking llegó a Galicia con motivo de la concesión del Premio Fonseca, en Santiago, que organizaba el también físico baiés Jorge Mira. Y, como era habitual en este y en otros científicos, aprovechó la estancia para conocer Fisterra.

Comió en el Centolo, con vistas al puerto y al monte Pindo, obviamente auxiliado necesita ayuda para absolutamente todo) por sus ayudantes, que no eran pocos. Entre ellos, su hija Lucy, que a veces salía a la terraza a contemplar el paisaje y confesaba que le maravillaba. En la mesa también estaba el físico José Edelstein; el alcalde, José Traba, y los ediles Santiago Insua Esmorís-Recamán y Ramón Redonda. Todos comieron camarones, percebes, navajas, castañeta, lubina, postres y vino y agua. Los percebes le encantaron. Lo demás, también.

Después subió al Cabo. Por motivos logísticos no puso acceder a la punta, debajo del faro, sino que se quedó unos metros antes. Quiso la casualidad (se sabría más tarde) que se paró justo unos metros por encima, en paralelo, de donde se había hundido el buque Hawkinge en 1929, tras escorar debido a la intensa niebla. El propio Hawking se enteraría más tarde, gracias a una comunicación de Mira. Hubo más detalles para el recuerdo, que van ganando peso conforme pasan los años.

Una de las consecuencias de aquella visita es que la explanada anterior al faro, junto a los aparcamientos, llevará el nombre de Praza de Stephen Hawking. Fue aprobada en pleno (junto a otras calles) en mayo de este año, y enviada al INE por cuestiones de trámite. Como no se esperan reparos, la colocación de la placa es inminente, los modelos ya se han seleccionado. Muy probablemente vaya en un monolito y se celebre un acto especial en su inauguración, para la que aún no hay fecha, según confesó ayer el alcalde, José Manuel Traba. Será la primera plaza que tenga en España. Ya hay una calle en un pueblo de Almería, pero dentro de un catálogo amplio de científicos, nada singularizado.

La otra novedad es que el próximo mes de octubre regresará a la sala de exposiciones del faro la muestra de La Voz (organizada por La Voz, colabora el Concello) Un mar de xenios na fin da Terra, inaugurada en marzo del 2013, y que ya se pudo ver durante un año de manera ininterrumpida, con 280.000 visitas. Incluye las imágenes, además de fecha de visita y datos básicos, de 17 Premios Nobel y otros relevantes científicos mundiales que han pasado en los últimos años por Fisterra. Con la excepción de Cela, todos de la mano de Mira.

La plaza del Cabo que llevará su nombre incluirá un monolito

La muestra sobre los Nobel regresa a la sala de exposiciones del faro