Jacinda Ardern

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, en una imagen de archivo
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, en una imagen de archivo LUONG THAI LINH | EFE

«Sus ademanes decididos y sus formas conciliadoras dejaron impronta en poco tiempo»

20 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando la neozelandesa Jacinda Ardern sorprendió a medio mundo, al convertirse con 37 años en la primera ministra más joven, ya tenía a sus espaldas una dilatada carrera política; tanto en Nueva Zelanda como en el Reino Unido. Esta socialdemócrata, republicana y feminista confesa, activista de derechos sociales como el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo, llegó con humildad a pesar de ese bagaje.

Su acceso al cargo fue mediante un pacto de tres formaciones que dejó en la oposición al más votado —el conservador Partido Nacional— sin que nadie se pasara una legislatura acusándola de presidir un gobierno indigno, Frankenstien o idioteces antidemocráticas parecidas. En el 2020 obtuvo la mayoría absoluta. Sus ademanes decididos y sus formas conciliadoras dejaron impronta en poco tiempo. Mientras, también ejecutaba políticas feministas prácticas y efectivas, sin distracciones demagógicas.

Ahora, con la elegancia y la educación con la que llegó, anuncia su marcha; cuando tenía todo a favor para repetir. El motivo: después de cinco años ya no siente la energía que demanda su responsabilidad. ¡Ahí es nada! Sentido común, inteligencia y modestia todo en uno.

Además de la grandeza humana y política de Jacinda Ardern la traigo a colación porque en la política patria es muy raro que alguien sepa marcharse. Que tenga la sabiduría y la conciencia de retirarse en el momento adecuado o necesario. ¡Hacen falta los GEOS para sacarles del sillón! Si se desempeña un cargo público con la exigencia que conlleva, ¿cómo o por qué alguien puede estar 10 o 15 años en él?.