El primer temporal del otoño deja unas pérdidas diarias de 150.000 euros

j.m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

c. queijeiro

La mayor parte de la flota de la comarca permaneció ayer amarrada a puerto

22 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La semana no ha comenzado nada bien para la mayoría de los marineros de la comarca barbanzana. Las previsiones meteorológicas daban fuertes vientos y lluvias para la madrugada y primera hora del lunes. Y no fallaron. Como consecuencia de esta situación, la mayor parte de la flota de la zona se vio obligada a permanecer amarrada a puerto. Esta situación provocó unas importantes pérdidas entre el colectivo pues dejaron de ingresar alrededor de 150.000 euros.

Uno de los puertos más afectados en esta ocasión fue el de Ribeira. Fuentes de la lonja de la ciudad señalaron que apenas hubo actividad en el día de ayer. La mayor parte de la flota permaneció amarrada pues el mar estaba muy peligroso a primera hora de la mañana. Incluso no pudieron salir las embarcaciones del arrastre, tan solo un armador se atrevió a encender máquinas y echarse a la mar.

La escasa actividad en el puerto de la capital barbanzana provocará unas pérdidas de unos cien mil euros solo en la jornada de ayer. Aún así, «algo de peixe hai porque algúns si que saíron. Son os que traballan dentro da ría», apuntó el responsable de la lonja, José Manuel Orellán.

Los productores que se dedican al marisqueo también optaron por trabajar en sus concesiones pues eligieron lugares resguardados del viento.

Las dos cofradías de Carnota, O Pindo y Lira, también fueron ayer meras espectadoras y la jornada se asemejaba más bien a un día festivo. Las naves amarradas fueron la estampa de las dársenas en ambas localidades.

Jornada de asueto

La situación en Muros fue similar. El oleaje impidió a la flota salir del muelle, incluso tanto a los arrastreros con base en la localidad como a los de artes menores que se tomaron una jornada de asueto esperando a que amainara. Un total de sesenta naves quedaron en tierra provocando unas pérdidas de alrededor de 30.000 euros, cantidad que se corresponde a los ingresos habituales en una jornada de venta.

Por otra parte, destacar que en Porto do Son la situación no mejoró. Alrededor de cuarenta naves quedaron al abrigo dejando de ingresar unos 4.000 euros.

La situación en Portosín fue bastante diferente. El patrón mayor, Iván Carreño, comentó que la mayoría de la flota de artes varias salió a faenar pues «estiveron traballando dentro da ría».

A primera hora de la tarde de ayer, la flota del cerco de Portosín salió al mar pero «quedámonos dentro da ría», apuntaba José Blanco, armador del Portosín II, pues en mar abierto la situación era diferente.

Otro colectivo que le echó agallas fue el de los percebeiros de Aguiño. El patrón mayor, José Antonio Santamaría, comentó que fueron a faenar a Sálvora y Sagres y la verdad es que «a situación era bastante dura e complicada». Había mucho mar de fondo y la mayoría de los productores fueron incapaces de coger el tope.

Los percebeiros estaban esperando a última hora de la tarde de ayer la subasta para ver si valía la pena regresar hoy a la zona.