Cuenta atrás en las aulas para la noche de Samaín

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Mónica Irago

Buena parte de los centros de la comarca celebraron ayer con un enorme jolgorio la fiesta más tétrica

30 oct 2015 . Actualizado a las 11:50 h.

Cuentan las crónicas que el Samaín era una de las principales festividades del calendario céltico. Nada extraño, pues se trataba, nada menos, que de dar la bienvenida al año nuevo, que se iniciaba con una etapa oscura. Para empezar, en la noche que separa el 31 de octubre del 1 de noviembre las fronteras entre este mundo y el siguiente se venían abajo. Después llegó el cristianismo, la relegación de los viejos rituales a prácticas populares más o menos difusas y, por fin, el manto de olvido que la cultura urbana acostumbra a arrojar sobre cuanto le es ajeno. Paradójicamente, la homogeneización del mundo occidental en base al patrón estadounidense recuperó vagamente aquella memoria a través del Halloween. Hasta que el trabajo de gente como el maestro Rafael López Loureiro desde Cedeira o Adela Leiro en O Salnés demostró que, hasta hace apenas unas décadas, colocar estratégicamente calabazas vaciadas, con una vela en su interior, era tan frecuente y divertido en Cambados y Ortigueira como en cualquier otro rincón de la vieja Europa atlántica.

De calabazas y flores

Como hoy no hay clase, este Samaín recuperado se multiplicó ayer en los colegios de toda la comarca como anticipo de la terrorífica noche de mañana. Los ejemplos del Colexio Rural Agrupado de Ribadumia o los centros de Rubiáns y Baión demuestran que los padres de los chavales le echan imaginación y mucha maña a esto de tallar calacús. Mientras, Vilagarcía inauguraba el mercado de flores.