«Es una carrera contra reloj» desde que el avión de reconocimiento brasileño R99 localizó en medio del Atlántico piezas metálicas, un asiento, una turbina y manchas de queroseno que podrían pertenecer al vuelo de Air France que se perdió en el océano con 228 personas a bordo. Brasil ya ha movilizado ocho aviones y tres barcos. Otros tres navíos franceses se dirigen a toda máquina hacia la isla de Fernando de Noronha: los restos del Airbus habrían aparecido a 650 kilómetros al noreste, lo que indicaría que «el aparato intentó virar a la derecha» para acercarse a sus costas, según el coronel Jorge Amaral, portavoz de la Marina brasileña.
La autoridades insisten en que no se confirmará su pertenencia al avión hasta que no se rescate una pieza con un número de serie o una marca que la identifique como parte del aparato.
El dispositivo de búsqueda se amplió por parte gala con ocho aviones, uno de ellos un Awacs con radar especialmente sofisticado y el buque de búsqueda y exploración submarina Pourquoi pas , equipado con dos robots submarinos, uno de ellos el Nautilus , que participó en los trabajos de sellado del Prestige .
Los primeros en llegar al perímetro de 60 kilómetros delimitado serán, sin embargo, tres barcos mercantes, dos con bandera holandesa y uno francesa, que han modificado el rumbo a petición de Brasil.
La disposición de los restos permitirá establecer el punto de caída del avión, fundamental para encontrar lo que, una vez descartada la posibilidad de encontrar supervivientes, se convierte en lo más importante: las cajas negras. Lo único que pueden desentrañar el misterio de lo ocurrido en el vuelo que nunca llegó a París. Los equipos de rescate tienen 30 días, el tiempo que emitirán una señal de localización. Las fuertes corrientes y la profundidad van a complicar su recepción.
La zona es el equivalente submarino a la cordillera de Los Andes. «Es una carrera contra reloj en condiciones meteorológicas extraordinariamente difíciles en una zona donde los fondos marinos pueden alcanzar los 7.000 metros», dijo el primer ministro François Fillon ante una Asamblea Nacional consternada que guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas.
Muestras de ADN
Hoy recibirán un homenaje de Estado en la catedral de Notre-Dame, en presencia de sus familiares y amigos y del presidente Nicolas Sarkozy. Air France les ha concentrado en un hotel próximo al aeropuerto Charles De Gaulle, donde les atienden las células de crisis, que no descartan un posible viaje a la zona del siniestro para ayudarles a asimilar sus pérdidas. Les han tomado muestras de ADN para agilizar la identificación en caso de que se encuentren cadáveres.
La atención psicológica se extiende también al personal de Air France, muy traumatizado. La ayuda no había llegado ayer, sin embargo, a un matrimonio «escandalizado» que buscó infructuosamente noticias de su hija y su yerno en los teléfonos especiales habilitados por el Gobierno galo. Finalmente fue informado por el hotel brasileño donde se habían alojado la pareja junto con otras 17 personas de Limoges que habían ganado un viaje a Brasil. Sus dos nietos se quedarán con ellos.
Colaboración de Obama
La solidaridad internacional está con las víctimas. El Pentágono colabora desde el primer momento con sus satélites y el presidente Barack Obama ha anunciado que ayudarán con lo que sea «necesario». Ya han enviado un avión militar de observación y un equipo de salvamento.
«Con la máxima entrega» participará España en las labores de búsqueda, según José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente del Gobierno ha transmitido sus condolencias a Sarkozy y a Lula da Silva y «todo el cariño» a los familiares de las víctimas. Un avión de la Guardia Civil y dos Fokker del Ejército participan en la búsqueda.
El Gobierno francés no puede decir que la desaparición del avión se deba a un atentado, aunque insistió en que tampoco se puede excluir esa hipótesis. «No podemos descartar un acto terrorista, pero tampoco tenemos pruebas de que sea la causa del accidente», aseguró el ministro de Defensa, Hervé Morin. Para no dejar cabos sueltos, la sección antiterrorista de la Policía Judicial ha examinado con lupa la lista de pasajeros.