El primer ministro de Somalia dimite en medio de una grave crisis política y de seguridad

Agencias

INTERNACIONAL

29 oct 2007 . Actualizado a las 15:31 h.

El primer ministro de Somalia, Alí Mohamed Gedi, dimitió hoy mientras cientos de habitantes de Mogadiscio huían de la capital de este país africano, en guerra civil desde hace 16 años y sumido en una grave crisis política, humana y de seguridad. Al tiempo que Gedi --en la jefatura del gobierno somalí de transición desde 2004-- renunciaba, cientos de civiles seguían huyendo de Mogadiscio, tras un fin de semana de duros enfrentamientos entre insurgentes y el Ejército, este último apoyado por tropas de Etiopía.

Gedi entregó su carta de dimisión al presidente del país, Abdullahi Ahmed Yusuf, en un encuentro en Baidoa, sede del Parlamento de transición, «Ambos hablaron a continuación sobre el futuro del país», según una fueente a Gedi.

De acuerdo con un consejero cercano a Yusuf, «el primer ministro y el presidente, con la ayuda de países amigos, lograron un acuerdo para poner fin a la confusión política». Un allegado del primer ministro, que también quiso permanecer bajo ek anonimato, denunció «un sistema sin reglas institucionales» y criticó «las graves faltas» cometidas por los partidarios del presidente.

«El primer ministro quiere un Estado democrático, laico y transparente. Ahora vamos hacia un Estado de prebendas, con una familia predadora», dijo en referencia al clan del jefe del Estado.

Fuerte tensión

La fuerte tensión existente desde hace varias semanas entre Gedi --que este mismo lunes regresó a Baidoa tras varios días en Etiopía-- y Yusuf había paralizado al Gobierno del paupérrimo país del Cuerno de Africa. Yusuf presionó al Parlamento para obtener la destitución de Gedi, al que acusó de no asumir sus responsabilidades y de no haber podido acabar con la violencia en Mogadiscio.

Los detractores del primer ministro le acusan de haber permitido la intervención del Ejército etíope contra las fuerzas de los tribunales islamistas somalíes en diciembre de 2006. Los rebeldes de esos tribunales islamistas realizan desde su expulsión del poder operaciones de guerrilla, sobre todo en la capital somalí, contra objetivos gubernamentales o soldados etíopes. Tales insurgentes excluyen todo contacto político con el Gobierno mientras las tropas de Etiopía sigan en Somalia.

En esa sublevación también participan miembros del clan del propio Gedi, los Hawiye, que fue el más importante de Mogadiscio tras su victoria, en enero de 1991, contra el presidente de esa época, Mohamed Siad Barre, miembro del clan rival de los Darod. El presidente Yusuf también pertenece al clan de los Darod.

El clima de inestabilidad política se vio agravado por unos enfrentamientos durante el fin de semana, los más violentos de los últimos meses, en Mogadiscio. El domingo, su alcalde, Mohamed Omar Habeb, pidió a los civiles que evacuasen varios barrios del sur de la capital ante la amenaza de un aumento de la represión militar contra zonas en poder de los rebeldes. Somalia tiene unos 10 millones de habitantes, 1,5 millones de los cuales dependen de la ayuda internacional para sobrevivir.