Sobre el papel las cosas cuadran. El problema es cuando hay que enfrentarse con la realidad. La realidad es que en la jornada de ayer los asistentes al congreso repasaron conceptos ya sabidos con la entretenida intervención de James Turner, que explicó cómo hacen las cosas en los núcleos rurales de una zona inglesa.
Y luego se ahorraron la actuación estrella, la de la finlandesa Anne-Margarte Niemi, de la ciudad de Turku, por la sencilla razón de que no apareció.
Eso sí, gracias a la tecnología fue posible verla en una pantalla y escucharle saludar, confirmar que su estado de salud -no hay por qué desconfiar de su palabra- no es óptimo y luego solidarizarse con el presentador en el difícil papel de soltar un vacuo discurso de folleto turístico acompañado de un cuatro diapositivas que se repetían una y otra vez.
De vuelta a casa, al cronista siempre le quedaba el recurso de seguir el congreso a través de internet. «Sigue o congreso en directo», pone en su web. Y uno, incauto, hace click en el botón y tras el aviso de «Importante: Debido á velocidad de acceso a Internet temos problemas coa calidad de transmisión» en la pantalla aparece, en grande un Lost signal, que para los no iniciados en el inglés quiere decir «Señal perdida». Claro que uno se tranquilizaba al leer que «ao longo do día tentaremos publicar cada charla en diferentes vídeos con mellor calidade de audio e vídeo para podelas consultar con tempo».
Algunas conexiones hubo, cierto, de mala calidad, pero las suplía un buen vídeo anunciando? la celebración del congreso.
Y lo más curioso de todo es que hubo cuatro años para sacar adelante la marca Terras de Lugo -una idea digna de aplauso, conste-, pero, en fin, parece que vienen elecciones municipales.