La Xunta detectó que un opositor del Sergas corrigió su examen y obtuvo la segunda mejor nota

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO/LA VOZ.

GALICIA

El PSdeG exige la revisión de las pruebas, tras destapar el caso en el Parlamento

05 nov 2010 . Actualizado a las 11:09 h.

El debate político abierto en torno al controvertido proceso selectivo convocado por el Servizo Galego de Saúde (Sergas), y en el que cinco personas vinculadas a una subdirectora xeral de este organismo obtuvieron algunas de las mejores puntuaciones, sufrió ayer una vuelca de tuerca más en el Parlamento, donde compareció Esperanza Fernández, directora xeral de Recursos Humanos, quien se escudó en la investigación interna de la Xunta y en el informe del Valedor do Pobo para recalcar que «non é posible soster a existencia de filtracións».

Fernández Lago destacó que el Sergas empleó todos sus medios para «esclarecer os feitos», si bien los grupos de la oposición se encargaron de agriarle la comparecencia. Si la nacionalista Ana Luísa Bouza habló de «irregularidades» y abiertamente de «filtraciones», el socialista José Manuel Lage fue todavía más allá para evidenciar «a gravidade dos feitos» al sacar a la luz el informe elaborado sobre este caso por la Dirección Xeral de Avaliación e Reforma Administrativa, dependiente del conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, en la que se constata que uno de los opositores, cuyas iniciales son J.?V.?B., incluso colaboró en la corrección de su propio examen, logrando además la segunda mejor nota en el grupo administrativo.

Causa de abstención

Concretamente, el informe de Reforma Administrativa, del que también se hizo eco el valedor do pobo, Benigno López, señala que la corrección de las pruebas del Sergas «levouse a cabo por dous auxiliares da división que participaron como colaboradores, J.?V.?B e I.?T.?N., coa particularidade de que o primeiro participou como opositor incumprindo polo tanto os criterios de actuación», dado que, según las reglas, estaba «incurso en causa de abstención».

«¿Existe algún opositor que teña participado na corrección dos exames do Sergas?», inquirió varias veces Lage Tuñas a la directora xeral antes de destapar el caso, pero sin obtener respuesta alguna por parte de Fernández Lago. En cambio, esta sí arguyó que el Sergas «non se quedou de brazos cruzados» cuando le llegaron los «rumores de filtracións», aunque insistió en que no se detectaron «probas fehacentes» que acrediten este hecho.

Bouza, por su parte, insistió en que en esta oposición se produjo «un cúmulo de casualidades imposibles» y preguntó si Sanidade iba a apartar del proceso a sus trabajadores afectados. Lage pidió «responsabilidades políticas» por este caso, empezando por la dimisión de Fernández Lago, y la revisión del proceso selectivo.

Pero el caso del opositor que corrigió su propio examen no fue la única irregularidad del proceso. El informe interno de la Xunta, citado por Lage, también detalla que se rompió la cadena de custodia de las pruebas, pues el lápiz de memoria que guardaba los cuestionarios pasó por varias manos antes de llegar a F.P.P., la persona encargada de guardarlo hasta su impresión.