La policía identifica a tres menores por la agresión a dos gais coruñeses

Alberto Mahía A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA CIUDAD

Los homosexuales fueron insultados y agredidos brutalmente cuando caminaban de la mano de madrugada

23 oct 2010 . Actualizado a las 03:20 h.

No le fue nada fácil a la policía identificar a tres de los menores que insultaron y agredieron a dos jóvenes homosexuales en A Coruña el pasado 11 de septiembre. Apenas contaba con una pobre descripción, la que pudieron aportar las víctimas que, a pesar de que estuvieron varios minutos intentando protegerse de los golpes, les fue imposible quedarse con las caras de los agresores. Pero tras horas de vigilancia, visualización de cámaras de seguridad y con la colaboración de la pareja agredida, los investigadores están a punto de dar carpetazo al asunto, que pasará a manos de la Fiscalía de Menores.

Los arrestos llegan mes y medio después de un suceso que movilizó a decenas de personas en una concentración contra la homofobia y en la que autoridades y vecinos apoyaron a la pareja humillada y golpeada. Ellos mismos se encargaron de gritar a los cuatro vientos la agresión «porque estas cosas se tienen que denunciar, nunca ocultar, para que no vuelvan a suceder». Recordaron que sobre las cuatro de la madrugada de aquel día caminaban por la avenida del Alférez Provisional, de A Coruña, cuando se cruzaron con tres chicos «de entre 16 y 18 años, de una estatura que ronda los 170 centímetros y pelo corto». Iban de la mano y ese grupo se dirigió a ellos diciéndoles cosas como «dais asco» o «con Franco esto no pasaba». Los aludidos respondieron con un abrazo. Y ahí quedó la cosa.

Pasó el tiempo y los jóvenes, que celebraban el 21 cumpleaños del menor de ellos, se internaron en los jardines de Méndez Núñez, a la altura del Cantón Grande. En eso, según luego contaron en comisaría, dos vagabundos «con aspecto desaliñado» se les acercaron pidiéndoles que los invitaran a beber de sus botellas. Ellos se negaron y los indigentes protagonizaron un altercado que terminó con golpes. Una de las patadas terminó con un denunciante en el suelo. Y desde ahí pudo ver cómo un grupo de chicos y chicas, entre los que se encontraban los que una hora antes los habían insultado, se dirigían hacia ellos y se sumaban a la paliza. Entre los muchos adolescentes que participaron en la agresión, las víctimas, que nada más pudieron hacer que cubrirse la cabeza, vieron a varias chicas. A uno le rompieron la nariz y la muñeca y le llenaron el cuerpo de moratones. Su compañero, aunque también recibió puñetazos y patadas, no tiene nada roto, pero sí numerosas magulladuras.