«Estaba muy cabreado con eso de que los libros de texto habían subido un 1,7% cuando a mí me los subieron casi el 33%». Esto decía ayer Javier Rodríguez, que el pasado 25 de agosto adquirió los libros para sus dos hijos que estudian segundo de primaria y segundo de ESO en un colegio coruñés. «Se da la circunstancia de que unos amigos tienen los hijos de la misma edad y estudian exactamente lo mismo; comentando lo que nos habían costado los libros vi que no coincidía», explica. Cuando se puso a cotejar las dos facturas, la de su amigo del 13 de agosto, descubrió que el aumento se daba en cuatro volúmenes de idiomas y uno de música y «el incremento medio en estos cinco libros era del 32,93%».
Javier Rodríguez sostiene que al ver esto acudió a la librería en la que ambos padres habían adquirido los libros «y se quedaron bastante sorprendidos por este aumento». La explicación de los responsables de la librería fue que los precios de esos ejemplares están fijados por la editorial de los mismos y que al tratarse de una cadena de librerías al pasar el código ya aparecía automáticamente el precio.
«El libro de música está editado por Akal y los otros cuatro son de Oxford University Press», indicó Rodríguez. Un contestador automático de esta última editorial remitía en la tarde de ayer a un horario matinal.
De todos modos, el problema de Javier Rodríguez acabó resolviéndose puesto que los responsables de la librería le devolvieron la diferencia con el precio anterior de los libros, indicándole que le reclamarían el dinero a la firma editorial.
¿Otros casos?
Este padre, que al igual que su amigo gasta unos 300 euros en los libros de sus dos hijos, reflexiona que en su caso se enteró de este incremento de casi el 33% en el precio de los ejemplares por su amigo, pero desconoce si a otros padres les ha ocurrido lo mismo aunque no hayan podido comparar facturas y por tanto enterarse.