Vigo aprueba hoy por segunda vez un Plan Xeral que divide la ciudad

GALICIA

29 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La corporación viguesa aprueba hoy por segunda vez con carácter provisional, y por tercera si se tiene en cuenta el visto bueno inicial, el Plan Xeral de Urbanismo. De la magnitud que rodea todo el entramado del documento da una idea el hecho de que lleve siete años en trámite. En ese tiempo todos los grupos políticos han cambiado de opinión. El PSOE, que antes se negaba a su aprobación por el exceso de edificabilidad, ahora se alza en abanderado. El BNG, que en su día dio el visto bueno a un documento con la mitad de vivienda protegida, en la actualidad acepta el 43%, y el PP, antes a favor, ahora se opone en rotundo, al igual que los promotores.

Por si esto fuera poco, la Federación de Vecinos, satisfecha en su día con el plan, en este momento no solo no quiere saber nada, sino que convoca una protesta para hoy a las puertas del Concello y a la misma hora de la celebración del pleno, previsto para las 9.00 horas.

Pretensiones

El nuevo Plan Xeral pretende sustituir al de 1993, todavía en vigor. Se trata de un planeamiento que nació gafado pese a las expectativas iniciales: fue aprobado por unanimidad política y en medio de un gran consenso social. Pese a ello no habían transcurrido dos años cuando el siguiente gobierno municipal, del PP, se planteó su sustitución.

Abortada esta iniciativa, debido a los problemas internos de los populares más que a la oposición de socialistas y nacionalistas, la llegada a la alcaldía de Lois Castrillo (BNG) supuso la puesta en marcha del proceso de renovación urbanística de la ciudad. Castrillo, que lideraba una coalición paritaria con el PSOE (8 a 7), llegó a un acuerdo con el entonces conselleiro popular de Política Territorial, Xosé Cuíña, para ir de la mano en su elaboración y pactando con el PP y con el PSOE en el gobierno.

Consultora Galega logró un contrato sin oposición para elaborar el documento al ser excluida la otra candidatura. En el 2002 presentó el avance y fue respaldado sin discusiones. A partir de entonces empezó el verdadero proceso de elaboración con la redacción del documento para la aprobación inicial. Quedó listo en la primavera del año siguiente, pero el BNG decidió guardarlo en un cajón con el argumento de que así no se metería el tema en las municipales de mayo del 2003.

Empieza la polémica

Con lo que no contaban los nacionalistas era con un resultado electoral que colocó al socialista Pérez Mariño en la alcaldía y a ellos de socios en un gobierno de coalición. El nuevo alcalde y su equipo se sorprendieron al conocer un Plan Xeral con elevadas edificabilidades y que sembraba de torres gran parte del centro y del litoral de la ciudad.

El desacuerdo entre PSOE y BNG fue total, hasta el punto de que en diciembre el PP logró la alcaldía tras provocar los nacionalistas la dimisión de Mariño. Empezó entonces la etapa más reciente, en la que el PP, con el respaldo de los nacionalistas, intentó aprobar el nuevo Plan Xeral. La existencia de una fuerte contestación, el rechazo del PSOE y la presentación de 61.000 alegaciones en la exposición pública frenaron el proceso.

El PP perdió la Xunta y el PSOE se hizo con la Consellería de Política Territorial, que debía dar el informe favorable para su entrada en vigor. Ese informe no se produjo pese a que PP y BNG aprobaron el nuevo plan. Meses después llegaba Caballero a la alcaldía y, tras duplicar el suelo de vivienda protegida, pretende sacarlo adelante. Ahora, sin embargo, la contestación es todavía mayor.