En la encrucijada irlandesa

IMANOL ALLENDE LONDRES / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

Tras años de fuerte crecimiento, al Tigre Celta le toca convivir con los recortes salariales, el desempleo, la emigración y una inflación al alza

06 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Entre las operaciones de rescate dirigidas desde Bruselas, las crisis políticas y la muerte súbita del Tigre Celta (como era conocida su economía antes de la crisis, por su fuerte crecimiento), los irlandeses han tenido que aprender a vivir con otros amigos: los recortes salariales, el desempleo, la emigración y una inflación que aumenta a pesar de la austeridad. Las hermanas Connelly son un ejemplo de todas esas penalidades. Aileen, Mary y Briget han sufrido, como la mayoría de sus vecinos, una crisis económica que ha puesto fin al sueño.

Aileen, la menor (44 años), es enfermera en un hospital de la Seguridad Social con más de veinte años de experiencia, separada y con dos hijas de 19 y 16 años; la primera estudiando derecho y la segunda piano. «Se ha notado mucho la política de austeridad del Gobierno -explica- mi salario como enfermera es de unos 25.000 euros [los salarios en este colectivo rondan entre los 20.426 euros y los 47.134, según cifras del Gobierno], pero en los últimos meses nos los han recortado». El Ejecutivo irlandés aprobaba el año pasado una reducción de nóminas a la mayoría de sus funcionarios de entre un 5 ?% y un 8? %.

Aileen se está planteando cambiar Dublín por una ciudad dormitorio cercana a la capital, debido a los altos costes. En los últimos meses Dublín descendía nueve puestos en el ránking de ciudades más caras del mundo. Según la World Cost of Living Index, es la número 25 del planeta. «Los alquileres en la capital han descendido un 30??%», explica Aileen, «pero los precios por comer fuera y alternar siguen altísimos, por lo que he tenido que limitar mucho esos gastos». Según un reciente estudio, en 51 de 79 productos de primera necesidad el precio en Dublín es superior del resto del país.

Mary es la mayor de las hermanas. Profesora de ballet de 49 años, madre soltera de dos niños de 8 y 5 años de edad, también vive en Dublín. «La crisis ha transformado mi vida. Perdí el trabajo al poco de comenzar la crisis».

El drama del paro

«Ante la inseguridad laboral -relata-, las familias comenzaron a recortar en gastos, y las clases de ballet de sus hijos formaban parte de esos recortes. Me fui al paro y sigo sin encontrar trabajo».

En marzo de este año la cifra de desempleados en Irlanda superaba los 1,8 millones de ciudadanos. Aunque registró un descenso anual de un 2,9 %, el porcentaje total de parados sigue siendo alto: un 14?%. «Hay trabajos pero están tan mal pagados, no me motiva salir a la calle a buscar, no veo incentivos laborales para mí en el futuro», explica Mary. El subsidio de paro en Irlanda es de unos 204 euros por semana, que puede aumentar, cuando hay menores de edad, en unos 26 euros por niño a la semana.

La tercera de las hermanas es Briget, de 47 años. Comercial, trabaja para una firma de informática en Cork. Está casada y tiene dos hijos. «De momento», matiza, ella y su marido tienen trabajo, «pero la incertidumbre es enorme».

«Cada día -explica- llegamos al trabajo pensando que nos van a despedir, por eso nos hemos planteado ir a vivir a Inglaterra, ya que la compañía de mi marido es de allí». Les han congelado los salarios, pero las hipotecas siguen igual y el gas y la electricidad han subido. «Así que es como si estuviésemos ganando menos que hace varios años», resume.

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