El PP dice que el Banco de España ve bien una fusión de Galicia, Madrid y Valencia

M. Á. Rodríguez

ECONOMÍA

Caixanova descarta plantear una propuesta conjunta con Caixa Galicia, como pidió el presidente de la Xunta

17 nov 2009 . Actualizado a las 16:20 h.

A la decisión del presidente de la Xunta sobre el futuro de las cajas gallegas le podría estar sumando la presión política de su propio partido. Fuentes próximas a la dirección nacional del PP admiten que la formación presidida por Mariano Rajoy vería con buenos ojos una alianza estratégica (fusión virtual) entre Caja Madrid, Caixa Galicia y la CAM valenciana. La idea, que ya se planteó hace meses el portavoz popular y ex ministro de Economía Cristóbal Montoro, conformaría la primera caja española, con algo más de 300.000 millones en activos, por delante de los 250.000 de La Caixa o los casi 80.000 de la fusión de las catalanas Catalunya, Tarragona y Manlleu.

La intención no sería abordar una fusión inmediata, sino acogerse a un sistema institucional de protección (SIP) que permitiese a las tres entidades mantener por un tiempo sus marcas y capacidad de decisión, pero que compartiese operatividad.

Para el PP, esta vía sería un evidente contrapeso político a la fortaleza de las cajas catalanas y andaluzas, ambas en comunidades controladas por el PSOE.

Además, según las mismas fuentes políticas, tendría el visto bueno del Banco de España, que ya habría hablado del asunto con las comunidades afectadas y con las entidades. Este SIP reuniría muchos de los requisitos que el regulador considera «óptimos», como la creación de entidades fuertes y con capacidad de competir en Europa.

El problema está en el rechazo o aceptación de las comunidades gallega y valenciana. Se da por hecho que Madrid aprobaría está unión virtual y en medios financieros se interpreta la inminente llegada de Rodrigo Rato a la presidencia de Caja Madrid como un impulso definitivo a la vía de las fusiones.

Pero el presidente valenciano, Francisco Camps, lleva semanas alentando una fusión entre la CAM y Bancaja y no quiere oír hablar por ahora de alianzas con Caja Madrid.

En Galicia, Feijoo mantiene su silencio, aunque fuentes del PP sostienen que no es ajeno a esta estrategia y sigue «de cerca» los posibles movimientos. El presidente gallego trabaja sobre las dos opciones: una fusión de las dos cajas gallegas, a la que se opone Caixanova; o que las dos sigan su camino a través de las fusiones virtuales.

Para el primer caso, la Xunta sopesa costes como el cierre de oficinas, la pérdida de empleo, la consolidación de empresas en los grupos industriales, la pérdida de depósitos, o el coste de las devoluciones de las ayudas del FROB. En sus últimas comparecencias ha insistido en que, por encima de la galleguidad, defenderá ante todo la «solvencia» de las entidades en el medio y largo plazo.

Si Feijoo opta por la vía del SIP, que también pondría en juego la galleguidad de las cajas e implicaría despidos y cierre de oficinas, estaría apoyando una fusión entre las entidades resultantes a medio plazo; al menos siempre que las entidades impulsoras utilicen el fondo de reestructuración bancaria (FROB). El SIP obliga a su irrevocabilidad durante un determinado número de años. «Hay mecanismos para desengancharse de un SIP pero son casos muy complejos», aseguran desde el Banco de España, donde advierte que habrá que estudiar caso a caso.

La pasada semana, el presidente de la Xunta pidió a Caixa Galicia y a Caixanova que presentasen una propuesta conjunta. Fuentes de la primera aseguraron que estarían dispuestos a discutirla en cuanto el presidente de la Xunta les convoque.

Desde Caixanova optaron por «no hacer comentarios», aunque medios conocedores de la línea estratégica de esta entidad descartaron que se vaya a producir cualquier propuesta de acercamiento.

El propio presidente de la Xunta se mostró convencido de que tal petición no tendría una respuesta positiva.