La crisis económica pasa factura a todos y, a pesar de lo dicho por Rodríguez Zapatero, también lo hará a las rentas más bajas, si bien de forma menos acusada que al resto. Un ejemplo de ello es el salario mínimo interprofesional (SMI) que, tras aumentar más del 5% de media durante la última legislatura, en el 2009 podría hacerlo solo entre un 2 y un 3%, según admitieron fuentes gubernamentales. Así lo apuntó este lunes, aunque sin concretar cifras, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, quien afirmó que en la coyuntura actual dicho índice «subirá lógicamente más lentamente de lo que hubiéramos previsto en otras circunstancias económicas».
El ministro de Economía y Hacienda matizó, no obstante, que el Gabinete socialista mantendrá los plazos temporales establecidos en sus compromisos electorales, que en el caso del SMI suponían que al final de la presente legislatura ascendería a 800 euros mensuales, un 33% más que su cuantía en el 2008 (600 euros, suma que aún así está casi un 70% por debajo de la prestación media de desempleo) y el doble de lo que suponía en el 2004 (460,5 euros), objetivo que para logro implicaría un alza media anual del 8,25%.
Esto significa, que si en el 2009, y quizá también en el 2010, los incrementos son inferiores, entre el 2011 y el 2012 se tendrán que registrar crecimientos de dos dígitos en la remuneración mínima establecida legalmente para cumplir con lo anunciado por el propio Zapatero en febrero pasado.
De esta forma, el salario mínimo será uno de los puntos de los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año menos perjudicados por la fuerte crisis, en línea con la promesa del Gobierno de mantener la inversión en políticas sociales, al menos, en niveles similares a los actuales. En este sentido, Solbes confirmó lo que ya se presumía: que las próximas cuentas públicas serán «bastante restrictivas» en el gasto.