El arrastre de litoral inicia la cuenta atrás para dejar a Galicia sin pescado atrás para dejar

La Voz

ECONOMÍA

Los armadores preparan acciones reivindicativas en todos los puertos para que se atiendan sus demandas

03 jun 2008 . Actualizado a las 02:05 h.

Algo debe de ir realmente mal cuando hasta los obispos interceden por el sector pesquero. Y, sobre todo, cuando un colectivo tradicionalmente desunido está cumpliendo a rajatabla el calendario pactado hace unas semanas. Todo el arrastre de litoral de Galicia permaneció ayer amarrado a puerto en esa especie de cuenta atrás que pretende dejar a la comunidad sin pescado. Como también pararon los barcos de Gran Sol que fueron arribando a los puertos de Vigo, A Coruña, Burela, Celeiro y Marín. Y todo, en un intento de lograr que la Administración atienda sus reivindicaciones, que se sustancian en la adopción de medidas para paliar los efectos nocivos que el alza del combustible y la crisis de precios en primera venta han provocado en un sector estratégico.

Como quiera que ni la manifestación del viernes ni el inicio del paro indefinido ha servido para que la Administración los haya llamado a negociar, los armadores preparan nuevas acciones reivindicativas. En A Coruña, donde ayer había en torno a 40 embarcaciones amarradas, los empresarios quieren sacar el conflicto a la calle y llaman a la participación ciudadana en la manifestación que pretenden realizar el viernes. También se plantean bloquear el puerto herculino y realizar campañas informativas sobre el muchas veces fraudulento etiquetado del pescado expuesto en los establecimientos comerciales gallegos.

También los ribeirenses preparan movilizaciones. En este puerto, los propietarios de unas 150 embarcaciones de arrastre, palangre, cerco, artes menores e, incluso, los mariscadores, acordaron ayer continuar secundando el paro indefinido, entregar el rol de la embarcación en la Capitanía Marítima y cerrar la lonja de la ciudad.

El recinto de subastas permaneció inactivo ya ayer en Muros, donde el amarre de la flota es también total. Los arrastreros de esta localidad han enviado un escrito a los supermercados de la zona solicitando que dejen de vender pescado y que se abstengan de comercializarlo mientras siga el paro. Es más, pretenden extender esa misma prohibición al congelado.

En A Mariña también se han volcado con la protesta. El arrastre de litoral está parado y esta semana se presenta frenética para los barcos de Gran Sol. De aquí al viernes se espera que arriben a los puertos de Celeiro y Burela más de 30 embarcaciones a razón de ocho por día. Y aunque la bajura aún no secunda de forma regular el paro, los armadores están explicando puerto por puerto las razones de la protesta para conseguir su respaldo.

El nerviosismo es más que patente. Tanto por la parte del sector extractivo como por el de la comercialización, a la que se le echan todas las culpas de los males que aquejan a los pescadores. Una prueba de esa tensión se vivió ayer en Ribeira, cuando un armador y una pescantina se enzarzaron en una discusión después de que el primero advirtiese en alto: «Ides pagar o peixe polo que vale».