«La participación de la Xunta en las eólicas, conceptualmente, no parece una mala idea»

ECONOMÍA

El máximo responsable de Energía del país, claro partidario de las renovables, defiende que el recibo de la luz es barato

26 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

De Madrid a Sevilla, vuelta a Madrid, Bruselas, Barcelona y... algún otro sitio de España o del mundo. Aunque no la cuenta, esa es la agenda que maneja Ignasi Nieto, secretario general de la Energía.

-¿Cree que el recibo dela luz es caro?

-No. Es muy barato.

-Entonces ¿subirá? ¿Cómo se lo plantearán a corto plazo?

-Hemos hecho una subida a principios de año del 3,3% porque los costes han subido. El precio del barril, con influencia directa en los precios del gas, y por lo tanto en el de la electricidad, no sé cómo va a evolucionar en los próximos meses. Espero que se modere. Pero hay otro efecto muy importante en los precios de la electricidad en España que es la hidraulicidad. Me encantaría que lloviera, pero tampoco sé lo que va a ocurrir con la lluvia. En cualquier caso, los precios deben recoger los costes. Y esto es lo que tenemos que intentar en el futuro.

-¿Las renovables seguirán primadas?

-Sí, están y seguirán primadas durante muchos años porque, entre otras cosas, los marcos retributivos que diseñamos les dan una garantía en algunos casos de 20-25 años de recepción de esa prima para las tecnologías que se van instalando. Pero si queremos seguir creciendo, las tecnologías renovables tienen que ser cada vez más eficientes. Más baratas. El ejemplo de la eólica se trasladará a las otras tecnologías. En caso contrario, será insostenible económicamente y eso no será aceptable. Tengo confianza en que las renovables van a ser cada vez más competitivas, y que en la próxima década o en la siguiente se equiparen con las energías convencionales, con las que puedan competir. La tecnología tiene que decrecer en costes. Sería inasumible que alguien pidiese una prima de por vida.

-Han tenido conflicto con la Xunta en materia de energía eólica marina.

-Las relaciones con la Xunta son excelentes. Es lógico que cuando dos instituciones piensan que tienen razón en un tema concreto lo pongan en manos de una tercera persona para que esta aplique la ley y diga quién tiene razón.

-Pero han llegado al Constitucional

-Sí, porque es la manera de recurrir un real decreto. Simplemente la instancia correcta para recurrirlo. Pero creo que esto hay que hacerlo como se ha hecho, sin aspavientos. Y con toda la serenidad. Creo que, por muy buena relación que tengamos, si uno cree que se están invadiendo sus competencias tiene todo el derecho legítimo de pedir una consulta. Nosotros creemos que tenemos razón por dos motivos principales: porque el decreto de eólica marina afecta a costas, y son competencia estatal, y porque afecta a instalaciones de más de 50 megavatios, y esa también es una competencia del Estado.

-Los parques marinos restarán capacidad a Galicia para alcanzar los 6.500 eólicos terrestres.

-No. Nosotros en España el único objetivo o límite que tenemos son los 22.000 megavatios de energía eólica en tierra. Es el límite que la red eléctrica es capaz de evacuar, garantizando suministro. Estamos trabajando para ir aumentando ese límite. De hecho hace un año era de 20.000. En el 2005, cuando llegó este Gobierno, se amplió de 13000 a 20.000. En breve lo vamos a volver a ampliar. La planificación de infraestructuras que aprobaremos este mes ya contempla en el año 2016 un total de 29.000 megavatios. El operador del sistema dice que haciendo las redes que hay en la planificación ya se puede llegar a esa cantidad. Si en España todos los parques eólicos estuvieran adaptados a los huecos de tensión, podríamos subir, de golpe, de 6.000 a 7.000 megavatios más en España. Hay un límite que se ampliará en función de las necesidades del país. Creemos que el máximo puede estar por encima de los 40.000-45.000 megavatios. Esta última cifra si contamos con los eólicos marinos.

-¿En qué horizonte?

-En el 2030. Dentro de ese límite Galicia puede hacer todo lo que quiera. No hay ninguna cuota asignada por comunidades. Es de país. Ahora hay 22.000. Lo único que tiene que cumplir es no pasarse de esos 22.000 y, eléctricamente, tener en cuenta si en su zona es posible evacuar todo lo que se produce. Y este último es una análisis absolutamente técnico. Nosotros no le ponemos ningún límite. Si Galicia dice que puede llegar a los 6.500 megavatios, perfecto.

-¿Qué opina del sistema propuesto por Galicia de que la Xunta participe «gratuitamente» en el capital de las energéticas?

-Usted me preguntaba por la iniciativa de la Xunta. No voy a meterme muy a fondo en una decisión soberana del Gobierno gallego, pero conceptualmente no parece una mala idea. Todo lo que sirva para que desde los poderes públicos se fomente, además de la promoción de las renovables, una cierta política asociada a las renovables, creo que es bueno. Me explico, la promoción de las renovables, y esto es una opinión particular, favorece al cumplimiento de los objetivos de España en este tipo de energía y, además, en el cumplimiento de las emisiones de CO2. Todo ello cobra mucho más sentido cuando se le añade el fomento de una cierta política industrial. Si no existe una política industrial asociada a la promoción de las energías renovables, entonces la estrategia debería ser menos ambiciosa. Pero España es muy ambiciosa, y eso significa la promoción de una política industrial. España representa el 1,6% de las emisiones de CO2 del mundo. Nuestro país, en solitario, no va a resolver el problema del cambio climático. India, China, EE.?UU. emiten juntos el 50% de CO2. En Europa apenas es el 15%. Aunque tuviéramos un sistema 100% renovables no ayudaríamos nada al mundo. ¿Cuál es la lógica? Poner nuestro granito de arena en la lucha del cambio climático, mejorar en términos de eficiencia energética (las renovables son fuentes autóctonas), e impulsar una determinada política industrial. Y esta hoy, en España, tiene un alto valor añadido. La tecnología debe desarrollarse de manera que esos países en donde realmente está el reto del cambio climático (India y China) puedan incorporar energías renovables a costes competitivos. Esa es la responsabilidad que los países desarrollados.