Mil jóvenes gallegos se interesan cada día por las nuevas ayudas al alquiler establecidas desde el Gobierno central y conocidas como renta básica de emancipación. El pasado día 2 de enero se abrían por primera vez las oficinas públicas donde se pueden cursar las solicitudes (siete en total). Desde entonces, los datos oficiales prueban que un millar de potenciales beneficiarios se apuntan cada 24 horas. De acuerdo con las previsiones de la propia Xunta, hasta 20.000 gallegos podrían tener derecho a estas rentas de emancipación. La mayor avalancha, hasta el pasado viernes, está concentrada en A Coruña, seguida de Vigo, Santiago, Ourense, Lugo, Pontevedra y Ferrol.
Pero hay límites. Establecidos fundamentalmente para que estas ayudas públicas no provoquen un efecto subida en los precios del alquiler. El convenio suscrito entre la Xunta de Galicia y el Ministerio de la Vivienda fijó los parámetros de aplicación en la comunidad autónoma. Como norma general, los jóvenes que pueden acceder a estas subvenciones de 210 euros mensuales durante cuatro años tienen que tener entre 22 y 30 años de edad. Sus ingresos brutos anuales no deben superar los 22.000 euros y, en el caso de Galicia, los alquileres de las viviendas donde viven o quieren residir no pueden rebasar los 600 euros en las siete grandes ciudades y cómo máximo, llegar a los 500 euros en el resto de los municipios.
Como apoyo a la renta de emancipación, la Consellería de Vivenda tiene en marcha desde febrero del año 2006 el programa Vivenda en Aluguer, dirigido a todas las personas demandantes de una casa en régimen de arrendamiento, con independencia de la edad, y con un límite de ingresos brutos anuales de 15.000 euros.
Objetivo, el 30%
El objetivo de esta medida es que los inquilinos no destinen más del 30% de sus ingresos al pago del alquiler de su piso. El resto de la cuota sería subvencionada por la Xunta durante un plazo máximo de cinco años. En el caso de los colectivos con especiales dificultades, el porcentaje de ayuda puede llegar hasta el 80% del coste total.
Para los propietarios de los inmuebles, tanto la Xunta como el Gobierno central ofrecen la seguridad en el cobro de los recibos mensuales. El programa autonómico incluye también subvenciones a fondo perdido para mejoras de hasta 6.000 euros y un seguro multirriesgo para cubrir posibles incidencias ocurridas en la vivienda.
Las ayudas al alquiler aplicadas por la Xunta desde el año 2006 están beneficiando a más de 3.000 familias en Galicia. Con los nuevos parámetros establecidos por el Ministerio de Vivienda para la renta de emancipación, el número final de beneficiarios podría rondar los 20.000.
Pero para ello sería preciso variar los hábitos de la sociedad gallega. En estos momento, de acuerdo con las cifras oficiales, algo menos del 10% de los 1,1 millones de viviendas que componen el parque residencial autonómico está disponible en régimen de alquiler, cifra que se sitúa cinco puntos por debajo de la media nacional y que es 15 puntos inferior al promedio europeo.
Esto quiere decir que a día de hoy se arriendan en toda Galicia poco más de 100.000 casas. De todas ellas, algo menos de 5.000 tienen una superficie inferior a los 45 metros cuadrados, mientras que la mayor demanda está situada entre los 70 y los 90 metros, una franja en la que hay ya cerca de 33.000 hogares alquilados.
Alquiler medio de 400 euros
Las últimas estimaciones disponibles valoran el precio medio del arrendamiento en Galicia en el entorno de los 400 euros, con cifras de diciembre del 2006. Las ciudades más caras son, por este orden, Vigo, A Coruña y Santiago, en las que el precio de este tipo de viviendas está situado por encima de los 530 euros. Le siguen Pontevedra y Ferrol (con precios por encima de los 420 euros) y, a mayor distancia, Ourense y Lugo (los alquileres se están cobrando en ambas a niveles comprendidos entre los 300 y los 400 euros). La Xunta quiere evitar que la ayuda pública dispare los precios.