La vieja sastrería Casagrande de la villa estradense llega a los 100 años

F. S. Cordón

DEZA

La oferta inicial de ropa y telas, para unos clientes de??un mundo??muy rural,??cambió a lo largo del tiempo, y ahora la tienda se especializa en decoración de cocina y hogar

25 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A principios del siglo XX la villa estradense era un pueblo pequeño, con 12 ó 14 calles, que ganaba por poco, en población y entidad, a las centenares de aldeas del amplio municipio. Al comenzar el año 1911 José Docampo y su esposa, Dolores Pego, abrieron en lo que hoy es la plaza da Farola una modesta sastrería, Casagrande, con tienda de ropa y telas. La oferta se orientaba a unos clientes de un mundo eminentemente rural.

La tienda pasó años después a un local de la calle Calvo Sotelo, número, 12, y posteriormente a otro bajo de la misma rúa, en el 18, siempre con el nombre de Casagrande. La clientela había aumentado notablemente en los primeros 25 años, y era fiel. Solo cerró un año, tras la Guerra Civil.

José Docampo y su esposa atendieron siempre personalmente el negocio. Prosperaron, y a principios de los años cincuenta construyeron un edificio en el número 43 de la misma calle, a cuyo bajo trasladaron el negocio. En esos años, el hijo del matrimonio, Manuel Docampo, se hizo cargo del negocio, junto con una hermana.

La nueva tienda se especializó más, poco después, en confección y ropa de señora, pero siguieron contando con clientes fijos que ya acudían a Casagrande desde los años veinte, o incluso antes. Muchos llegaban desde Forcarei, Cerdedo, Cuntis y Silleda.

Ese local se ha mantenido desde entonces, durante casi 60 años, sin apenas cambios en los escaparates, mostradores, estanterías y demás detalles del negocio, pero sí los hubo, adaptándose algo a los nuevos tiempos, en la oferta a los clientes, fijos o nuevos. En la actualidad, está más orientada a decoración de cocina y hogar, con amplio catálogo de mantas, colchas o cortinas.

En ocasiones, Manuel Docampo contó con la ayuda de alguna empleada, que ya fue necesaria cuando le llegó la jubilación, hace más de 10 años. Pero él sigue siendo el alma y jefe de la tienda Casagrande. Aguarda a que alguno de sus hijos quiera coger las riendas directamente, aunque éstos últimos prefieren que sea el padre el que controle.