El Dépor se replegó con un sistema capaz de maniatar a ratos a su rival, que sobrevivó gracias a la inspiración de sus estrellas
09 ene 2011 . Actualizado a las 02:53 h.El Dépor y el Barça aburrieron sobre el césped. En un duelo táctico, una delicia para los amantes de la pizarra, pero falto de ritmo, los azulgrana se llevaron de Riazor la victoria con la que contaban, pero ni la disfrutaron ni hicieron disfrutar. Esta vez el equipo azulgrana prescindió de su espectacular vestimenta de ataque en el vestuario. Que Guardiola dejase a Xavi en el banquillo y eligiese a Keita no era un buen presagio para el espectáculo.
La telaraña del Dépor lió el partido hasta el 0-3, pero luego se deshilvanó por completo. Hasta ese momento el Barça dejó una sensación de haber jugado siempre embotellado. Su fluidez se volvió espesa y ese rondo eterno, en que participan desde los defensas hasta los delanteros, pareció ayer inofensivo.
Juan Domínguez se convirtió en el primer defensa en la presión a la salida del balón del Barça y el primer atacante en el inicio del juego. No se sacrificaron menos Saúl o Desmarets. Este completó en los últimos minutos de la primera parte un ejemplo de este juego: perdió el balón a veinte metros de la portería de Valdés y se pegó una carrera hasta su área que evitó una contra clara de Messi.
Por delante de la recuperada defensa de cuatro, Lotina plantó una línea con Saúl, Antonio Tomás, Rubén Pérez y Desmarets. El cedido del Atlético y Juan Domínguez (por delante junto a Adrián) se repartieron el marcaje a Iniesta, quien se las tuvo que ingeniar para eludir la pinza que le prepararon. Aún así el posible nuevo Balón de Oro apareció demasiado. Y eso que al Barça solo le quedaban las bandas como territorio libre donde Pedro, su único extremo puro, se aburrió.
¿Y cuál fue el plan ofensivo del Dépor? Apenas dispuso jugadores por delante del balón y se confió a las individualidades. Primero exprimió las carreras de Adrián, al que le acompañó todo el partido su error solo ante Valdés de la primera parte. Luego salió Valerón, pero no tuvo con quien asociarse. La pirámide se olvidó de atacar.