La ofensiva celeste para tomar el liderato de la LEB Oro se detuvo en las orillas de Alicante. El Breogán, que salió como un huracán al parqué del Pazo, fue perdiendo gas a medida que avanzaron los minutos. Finalmente, un excelso Berni Hernández condujo al Lucentum al triunfo en el que se convirtió en el día más largo del Leche Río.
El respeto fue el primer ingrediente del partido de ayer. Ambos conjuntos temían el potencial del rival. Pero fue el Breogán el que descargó sus baterías para tomar el mando de la contienda. Los celestes desplegaban su versión más intensa, arropados por una grada totalmente concentrada en la faena. Pero una vez más, matar al adversario se convirtió en tarea imposible para los lucenses. El brillo y el enorme acierto en el tiro estaban del lado de los soldados de Paco García, pero las tropas del Lucentum hicieron gala de una moral inquebrantable pese a verse hasta a catorce puntos de distancia de los locales.
Al descanso se llegó con una ventaja de siete puntos que se antojaba corta en relación al baloncesto desplegado por el Leche Río. Los jugadores recuperaron el respeto hacia el enemigo en su paso por el cuartel general, pero el aro se empezó a hacer pequeño para los lucenses. La defensa del Alicante creció en consistencia a medida que se aproximaba el desenlace y Rejón hizo diabluras para enviar al banquillo a un Cusworth que se cargó de personales. Weigand, en el último segundo del tercer cuarto, igualaba el partido por primera vez para los visitantes (55-55).
Paso al general Berni
Y la tragedia quedó servida para los lucenses. Una canasta de Rejón sirvió para que el Lucentum tomase su primera ventaja del partido. El Breogán siguió atascado en ataque, mientras que los francotiradores del Alicante, bien guiados por el brillante general Berni Hernández, remataban al toro celeste.
El Leche Río se tiró a por una remontada desesperada. Pero una técnica a Paco García acabó de detener el pulso de los locales.