Es uno de las grandes iconos de los noventa. La cubierta de Nevermind, el segundo disco de Nirvana, mostraba a un bebé sumergido bajo el agua a punto de picar un anzuelo muy particular: un billete de un dólar. Se trataba de una metáfora sobre la inocencia y la corrupción del dinero que simbolizaba a la perfección la situación en la que se encontraba en 1991 el grupo de Kurt Cobain: unos jóvenes venidos de la escena alternativa a punto de entrar en los resbaladizos terrenos de la realeza rock y todas sus tentaciones.
La imagen fue tomada por el fotógrafo Rick Elden. El modelo fue Spender Elden, que entonces tenía apenas cuatro meses. Lejos de ser una imagen impactante que se desvanece en el tiempo, ha sido venerada por todo tipo de personas, incluyendo el homenaje hecho en su día por The Simpsons, asumiendo Bart el papel de Elden.
Ahora se acaba de cumplir el 20.º aniversario de su salida al mercado. Por ello, en la Fnac se ha instalado una reproducción gigante del disco para que todos los fans puedan sentirse como aquel bebé que simbolizó la que se denominó como Generación X. Hasta el momento, no pocos seguidores han pasado por la primera planta del centro comercial para sentirse por unos segundos dentro de esa portada.