El cura «roquero» bergondés

M. Gago, s. Acosta BERGONDO / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Aramburu será el nuevo sacerdote de este municipio a pesar de los intentos de sus feligreses de que se quede en Marín

14 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Cuando llegó a Marín (Pontevedra) hace doce años, Rubén Aramburu, sacerdote en dos parroquias rurales de esta localidad, tenía 31 años. Lo llamaban el cura roquero porque de él decían que llevaba el pelo largo y pendientes: «Lo del pelo era cierto pero yo nunca llevé pendientes», afirma entre risas el sacerdote. Tanto fue el cariño que le tomaron sus feligreses que durante toda esta semana hicieron un llamamiento para evitar su marcha: «Xuntarémonos todos, escoitaremos a misa en apoio a Rubén e reivindicaremos que non estamos de acordo coa súa marcha. Todos con Rubén», decía el escrito. Así citaban a los feligreses a la misa de hoy los defensores de su permanencia.

Aramburu se ríe. Dice entre bromas que los de Marín «son unos pesados» y que ya les había pedido que no hiciesen nada: «Pero ellos, erre que erre», bromea. De su marcha a Bergondo y a San Marta de Babío, entre otras parroquias, dice que es irrevocable. Que la decisión ya está tomada. Y de su nuevo destino explica que las cosas van a ser distintas porque pasará de llevar dos a seis parroquias: «Tendré mucho más trabajo pero también estoy contento», afirma.

Y es como dice Rubén Aramburu, eso de ser sacerdote en el siglo XXI es ya casi «una raza en peligro de extinción» pero si los que quedan le ponen tantas ganas como él, no es de extrañar que protesten por su partida.