«Me acuerdo del puro en los toros»

r. domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

11 mar 2011 . Actualizado a las 11:51 h.

Ser coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica lo colocó, casi sin querer, de portavoz científico ante la última ley del tabaco. Carlos Jiménez Ruiz reiteró ayer, en el Chuac, algunos de los argumentos para una norma que, a su juicio, aún debería ir más allá. Entre las razones, una vital, muchas médicas y algunas económicas.

-¿Aún quedan cosas que decir del tabaco y la ley?

-Mucho. Es importantísimo seguir hablando de que el tabaco es la primera causa de muerte evitable y que hay tratamientos eficaces y seguros para dejarlo. Cuando un fumador decide intentarlo y lo hace sin ningún tratamiento, sus posibilidades de éxito son de un 5%. Cuando ese mismo fumador se apoya en un fármaco, suben por encima del 50%.

-¿Usted los ha probado?

-Dejé de fumar hace 27 años y fumaba casi dos cajetillas al día. Yo lo hice a pelo, entonces casi no había alternativa. Recaí al principio, pero después ya no, aunque todavía me acuerdo del tabaco, sobre todo del puro, en los toros.

-¿Y cómo lo hizo?

-Estaba haciendo la especialidad y me di cuenta no solo de que la mayoría de los enfermos que veía era por culpa del tabaco, sino que tampoco podía pedirles que lo dejasen si yo fumaba. Pero el motivo definitivo fue que nació mi hija. Pensé no solo que la iba a perjudicar con el humo, sino que si ella me veía fumando, probablemente en el futuro sería también fumadora.

-¿Logró que no lo fuera?

-Afortunadamente ni mi hija ni mi hijo fuman.

-Ni chicles, ni parches, ni el bupropion, ni la vareniclina entran en la Seguridad Social.

-No, ninguno está cubierto, el coste corre a cargo del enfermo, y lo lógico es que lo estuviera. Se ha demostrado que cualquier tratamiento contra el tabaco tiene un coste-beneficio superior al de otros tratamientos crónicos, como el de la hipertensión, que sí están subvencionados aun cuando no causan tantas muertes. Hay razones científicas, sociales y económicas que deberían hacer pensar a los políticos en financiarlos.

-¿La crisis es la excusa perfecta para no hacerlo?

-En estos momentos, la crisis vale para cualquier cosa, pero es un argumento que no se sustenta. Hay comunidades, como Navarra, que sí pagan la deshabituación y han demostrado que el coste es de apenas 0,8 euros por habitante y año. No solo el tabaco provoca 56.000 muertes al año en España, es que hay datos de la propia Agencia Tributaria que indican que en el 2010 le costó al Estado 5.000 millones de euros. Esas fueron las pérdidas como consecuencia de atender las enfermedades derivadas del tabaco y la pérdida de productividad laboral, aun teniendo en cuenta que ese mismo año el Estado ingresó por la venta 9.000 millones.

-¿Hay que sospechar entonces de otras presiones?

-... Bueno, por nuestra parte puedo decir que los médicos hacemos presión ante las autoridades políticas con rigor científico. Pero creo que lo importante es que sea la población la que conozca estos datos y que exijan al Gobierno la ayuda que los fumadores, como enfermos crónicos, merecen. Y más en este momento, en que la ley hace que muchos se planteen intentarlo.

-¿Le han pedido al Gobierno también que suba el precio?

-Sería la mejor medida para que los jóvenes no se iniciasen en el consumo. Cada subida del 1% en el precio reduce un 5% los nuevos fumadores. El 85% de los adictos españoles empezaron a fumar antes de los 18. El Gobierno debería plantárselo seriamente.

-¿Confía en que lo hará?

-No lo veo muy dispuesto ahora mismo, pero no quiere decir que dejemos de reivindicarlo.

carlos jiménez ruiz neumólogo ex fumador

«El tabaco le cuesta al Estado 5.000 millones y 56.000 vidas cada año»