Las Navidades están poniendo a prueba los accesos a la ciudad. Si los días previos a Nochebuena y Fin de Año miles de coches convirtieron en un tapón Alfonso Molina tarde tras tarde, la proximidad de la festividad de Reyes está provocando los mismos problemas de tráfico. Ayer, las retenciones comenzaron a las cinco y la situación no se normalizó hasta las ocho y media. Las colas que empezaban en el giro hacia Pocomaco alcanzaban ya a las seis el kilómetro 5 de la autopista. Por eso, muchos conductores, al llegar al tramo final de la AP-9 (y después de pasarse más de veinte minutos circulando en primera velocidad) tomaban la salida de Palavea para entrar en la ciudad por el Pasaje. Y ahí estuvo posiblemente la causa de que la avenida del Ejército también se colapsase, según explicaron desde la Policía Local. La fila de vehículos llegó por momentos hasta más allá del hospital.
La explicación a las caravanas hay que buscarla en las compras: los puntos más saturados -detallaron desde la sala de pantallas del 092- fueron el acceso a Espacio Coruña y Carrefour, por un lado; la zona de Ramón y Cajal y Cuatro Caminos, por otro, y también la avenida de Finisterre en sentido la Grela.
Pero las caravanas no fueron las únicas incidencias de la tarde. Hubo varios accidentes de escasa entidad (uno provocó retenciones en O Carballo hacia las nueve) y otro grave en Larín. Chocaron un turismo y un camión de pequeñas dimensiones, y resultaron heridas cuatro personas, una de ellas de consideración. Las atendieron los bomberos arteixáns hasta la llegada de tres ambulancias del 061 que las llevaron al Hospital A Coruña. También se formaron colas.