La Xunta garantiza que el talud de la AG-55 que se derrumbó hace hoy un año ya es seguro

Susana Acosta
Susana Acosta ARTEIXO/LA VOZ.

A CORUÑA

25 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El 25 de noviembre del pasado año toneladas de rocas se desprendieron de la AG-55, concretamente en el punto kilométrico 5,5, y sepultó dos carriles de la autopista que lleva a Carballo a su paso por el Quinto Pino. El accidente que pudo terminar en tragedia se saldó con un herido, Alejandro García, un joven coruñés que momentos después del accidente casi no podía creerse que se había salvado de una muerte segura si llega a quedar sepultado bajo las rocas. Hoy se cumple un año de este milagro y la Xunta asegura que el talud se encuentra «en perfecto estado», que ha pasado todas las revisiones con éxito y que no hay grietas que puedan producir un nuevo desprendimiento.

Nuevo desprendimiento

Hace tan solo tres meses un nuevo susto recordaba el derrumbe de hace un año. Fue el pasado 5 de septiembre y la Xunta intentó restar importancia al nuevo desprendimiento que se produjo en la AG-55, a menos de doscientos metros de donde se produjo el primero: «Fue un desprendimiento que se ha solucionado ya y el tráfico se restableció ya el martes con absoluta normalidad», explicó la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, que calificó el incidente de «pequeño» porque se limitó a dos piedras sobre un coche, aunque reconoció que ante los dos últimos incidentes, había que admitir que ese punto de la AG-55 es «problemático». La Xunta explicó que Autoestradas de Galicia está vigilante para que no se repita un nuevo derrumbe, que se han sellado todas las grietas del talud y que en las revisiones que se hacen de forma periódica no hay ningún signo que pueda indicar que se vayan a producir nuevos desprendimientos.

Según indicó la Xunta en su día, el derrumbe se produjo por varias causas entre las que se destacó la presencia de fisuras en el interior del macizo y de filtraciones de agua provocadas por el socavón que se encontró en la cabeza de la ladera de la autopista.