Acupuntura urbana en Los Rosales

Rodri García A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

El barrio cuenta desde ayer con un nuevo espacio público en el entorno de la iglesia, una plaza que «condensa la idea de ciudad que quiero», dijo Losada ante los vecinos

18 may 2010 . Actualizado a las 11:46 h.

Dos ideas y tres palabras resumen lo dicho ayer en la apertura de un nuevo espacio urbano en el entorno de la iglesia de Los Rosales, un lugar que lleva el nombre de Plaza de Nuestra Señora de Los Rosales. Primera idea: «Tenemos que cuidarla entre todos», repitió el párroco, Antonio Rodríguez, tanto en la homilía de la misa de las doce del mediodía, a la que asistieron el alcalde y varios miembros de la corporación, como en el momento de la bendición de la nueva zona.

El alcalde, además de insistir en la mencionada petición, afirmó que el nuevo espacio «condensa la idea de ciudad que tengo: hacer acupuntura urbana, aprovechar cualquier rincón para que los vecinos tengan espacios como este»; en este sentido -segunda idea- detalló que no se trataba solo de hacer las grandes infraestructuras, como podía ser la tercera ronda, sino también de obras pequeñas «como esta que permitan a los vecinos tener un espacio para disfrutar», insistió.

En una soleada mañana, Javier Losada aludió a las tres palabras que había mencionado el párroco durante su homilía y que figuran en la vidriera del templo parroquial elaborada por la esmaltista Julia Ares: Fe , amor y esperanza . «Fe en que se podía conseguir esta plaza y todos han trabajado de forma intensa para ello», afirmó Losada. Amor, el puesto por «el arquitecto y su equipo» a los que agradeció el trabajo hecho, lo mismo que los numerosos vecinos asistentes, que expresaron dicha gratitud con un aplauso. Y esperanza «de que todos vamos a cuidarlo», aseguró el alcalde, una esperanza que también la ponían los vecinos en que pronto crezca el césped sembrado en un lateral y en la parte trasera del templo, ya que por el momento la plaza solo tiene brotes verdes.

Esperanza también de que se complete la actuación con dos pequeños detalles más que el párroco, Antonio Rodríguez, recordó al concejal de Infraestructuras, Esteban Lareo, y a la concejala de Urbanismo, Obdulia Taboadela, asistentes al acto en el que también estaba la conselleira de Sanidade, Pilar Farjas: Una barandilla en las escaleras que van hasta la avenida principal del barrio. «Es algo que me piden muchas personas mayores y les doy la razón porque está bien que vengan a la iglesia pero también que se marchen, que no se queden en ella», bromeó.

El otro detalle al que aludió fue el de completar la urbanización de todo el entorno del templo «porque queda ahí un pequeño trozo -dijo señalando el otro lateral de la edificación- y ese es un sitio por el que baja mucha más gente de lo que podría parecer», concluía el párroco.

Mientras sonaban las gaitas del grupo Cantigas da Terra, un vecino confirmaba las palabras anteriores: «Eu baixo sempre por aquí, porque acurtas moito»; su interlocutor asentía, confirmando que también hacía dicho recorrido, y otro de los parroquianos, con media sonrisa retranqueira, aludía a la habilidad del párroco para hacer sus peticiones. Tras el descubrimiento de una lápida y la interpretación del Himno Gallego por parte de Cantigas da Terra, tuvo lugar una comida parroquial.