Las obras del centro cívico convivencial de Penamoa estarán completamente finalizadas en el plazo de un mes. El arquitecto sevillano Santiago Cirugeda, encargado de ejecutar el proyecto, aclaró ayer que, no obstante, los talleres para la integración de las familias chabolistas pueden comenzar de inmediato, a falta de ultimar la instalación del mobiliario. También explicó que los módulos quedarán «exactamente» como está contemplado en el proyecto y que desde que se presentó públicamente, hace casi un año, «no hubo variación alguna en él».
El técnico comentó que estos módulos prefabricados son reutilizables para otros usos y, en referencia al vertido de amoníaco ocurrido esta semana en una nave de A Pasaxe, indicó que podrían servir como viviendas para casos de emergencia social. «Si el vertido hubiese sido mayor y las familias afectadas hubieran tenido que ser trasladadas durante más tiempo, los módulos estarían listos en tan solo dos días como equipamiento para alojarlos», dijo. Cirugeda explicó que estas casetas son fácilmente transportables una vez que están montadas y que las medidas que tienen facilitan su movilidad. «Pueden ser transportadas en camiones muy rápidamente», dijo. De hecho, necesitan una cimentación muy sencilla y las conexiones para el abastecimiento de luz y agua así como la captación de residuales también es simple.
En cuanto a las condiciones de habitabilidad, destacó que no tienen nada que envidiar a las habituales viviendas de ladrillo y cemento. Según indicó, estos mismos módulos se usan «para centros de acogida o centros de salud temporales, así como para levantar colegios enteros, como existen en Sevilla». Destacó que estos módulos son para la administración un recurso «muy fácil» para crear lugares habitables de una forma rápida, «ya que son ligeros, necesitan una cimentación mínima y son portátiles».
Módulos de alquiler
En relación a los posibles usos que tendrán los módulos del centro cívico de Penamoa una vez finalice el proceso de integración de las familias chabolistas, Santiago Cirugeda solo explicó que el Ayuntamiento ha alquilado las instalaciones por un plazo de dos años. Teniendo en cuenta que el proceso de realojo tendría que estar finalizado a finales de este año (según las exigencias vecinales) los módulos podrían quedar libres durante un año. En este sentido, la concejala de Servicios Sociales, Silvia Longueira, matizó que esos plazos son «un supuesto», pero evitó precisar la fecha en la que podría estar finalizado el proceso de integración. «Tiene la delicadeza suficiente y una magnitud humana nunca vista como para que no trabajemos con supuestos, sino con realidades. Así que a día de hoy el proceso va bien, los objetivos los estamos consiguiendo, pese lo que pese y pase lo que pase y pase lo que haya pasado», comentó. Destacó también el trabajo del equipo de Asuntos Sociales y comentó que a veces se sorprende «de que podamos trabajar en estas condiciones».