Una mujer que vive en Andalucía descubre conexiones con el caso
02 mar 2011 . Actualizado a las 10:58 h.De momento, todo son cautelas, incluso extremas, aunque a veces baja la guardia y sale la euforia contenida. El matrimonio de Cabana que ha puesto una denuncia e investiga la supuesta muerte de dos de sus hijas cuando nacieron (en 1968 y 1969, respectivamente) en un hospital coruñés, podría estar cerca de conocer a una de ellas. Eso, si se confirman los datos (incluidas las fotos, de gran parecido) aportados ayer a la nuera del matrimonio, Estrella Vázquez, por la propia mujer.
De momento, no quieren que se conozcan de manera pública ni facilitar ningún dato personal, por cautela y por respeto a su intimidad.
En síntesis, se trata de una mujer que reside en Andalucía y que ayer por la mañana, cuando leía La Voz de Galicia por Internet, avisada por una amiga gallega, se llevó un sobresalto al encontrar ciertos paralelismos: ella fue adoptada a los pocos días del nacimiento de la segunda hija de la pareja, en 1969, y su madre le había dicho que la adopción se produjo en el mismo centro hospitalario. Además, la animó a que buscase más datos sobre su familia biológica, y en ello está. Por si fuera poco, existe un parecido físico entre esta mujer y su supuesta madre, Concepción Andrade Varela, de 62 años. Ayer, esta residente en Andalucía, además de conversar con la nuera, también lo hizo con el presunto padre, Juan Miñones Carballido. «Está moi emocionado», reconoció Estrella Vázquez, que reside en A Laracha, en cuyo domicilio el matrimonio dio a conocer su caso.
Ahora, ambas partes esperan someterse a las pruebas de ADN cuanto antes, para salir definitivamente de dudas. Y están ya en ello.
Contradicción
Juan y Concepción tuvieron a su primera hija el 21 de septiembre de 1968. En el certificado de nacimiento que le aportaron en el antiguo hospital Labaca (hoy, Oncológico, que no tiene nada que ver con el que fue hasta finales de los años sesenta) aparece que su hija nació viva, aunque les dijeron que había muerto y le enseñaron el cadáver de un bebé a cierta distancia, además de avisarles de que ya se encargaban de enterrarlo.
La segunda nació al año siguiente, pero de esta ya no aparece ningún documento.