Fisterra dedicó un emotivo homenaje a las víctimas del mar

La Voz

CARBALLO

18 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los vecinos, el Concello y la cofradía de pescadores de Fisterra rindieron ayer un emotivo homenaje a todos los marineros del pueblo que perdieron la vida en el mar. El acontecimiento coincidió con los actos de conmemoración del 50 aniversario del hundimiento del pesquero Bonito, cuyos ocho tripulantes nunca aparecieron. Ocurrió el 19 de enero de 1960.

El acto de ayer tuvo lugar en la lonja y en su entorno. Eran las seis de la tarde y ante numeroso público el coro de la localidad comenzó entornando la canción Pescador . Cuando los cánticos pararon tomó la palabra el alcalde, José Manuel Traba Fernández, quien empezó a hablar sobre los evidentes vínculos de Fisterra con el mar. Así, afirmó que los fisterráns tienen los genes impregnados de sal, hasta tal punto que su dependencia vital de él es tanta como del aire para respirar. «É como o noso sangue, que se nos falta, fáltanos a vida».

La gente atendía atenta al regidor, quien continuaba marcando los lazos de su pueblo con el océano: «Todo nos ven dado polo mar, o material e o espiritual. O noso pan -añadió-, a nosa cultura e ata a nosa relixión». Así es que a los fisterráns, como a otros pueblos, les fue necesario conquistar este espacio «violento, duro e rexo». Y las consecuencias son muchas veces crueles, apuntó el primer edil. Todas las conquistas del hombre llevan aparejadas un riesgo, a veces incluso a perder la propia vida, agregó el alcalde. Y ahí llegó en su discurso para referirse a las tragedias que el pueblo y las familias llevan vividas. Recordó en este momento a los once proyectos vitales perdidos con el hundimiento del Bonito aquel día de invierno de 1960 y pasó a explicar la justificación del homenaje.

A continuación, Traba fue nombrando una a una las 88 víctimas del mar en el último siglo. Advirtió, no obstante, y pidió disculpas anticipadas, porque es posible que haya más hombres del municipio que murieron en los océanos, pero si los hay fue imposible hallar documentación al respecto.

Niños

Entre todos los que nombró sí estaban el patrón y los dos marineros de 13 y 14 años que forman parte de la tripulación del Georgina , que naufragó el 3 de febrero de 1929, o los pescadores de 12, 13, 14 y 16 años que ese mismo día iban a bordo del II Manuela y que nunca más volvieron a pisar tierra. Eran niños cuyas esperanzas de futuro quedaron ahogadas entre las aguas de la Costa da Morte en una de las fatídicas jornadas que vivió el pueblo.

Trajo a la memoria muchos otros: marineros, pescadores, percebeiros, mariscadores... Todos ellos hombres que hallaron la muerte sin esperarla mientras luchaban por su pan y el de los suyos.

Cuando el alcalde acabó con su relación de desaparecidos, fue el poeta de mar, Alexandre Nerium, quien tomó la palabra para ahogar a los presentes en la emoción. Nerium contó paso a paso cómo, a su entender literario, se fue mascando y cómo sucedió el naufragio del Bonito . Todos los presentes tuvieron muy presentes el peso de la tragedia. El relato puso a los asistentes en escena e hizo aflorar lágrimas.

De nuevo, la coral entonó más temas muy apropiados al acontecimiento. Acto seguido, el alcalde y el patrón mayor, Manuel Martínez, lanzaron al mar una corona de laurel en recuerdo de las víctimas. Cada familiar de los tripulantes del Bonito hicieron lo mismo, pero con una flor.

Náufragos

También fue muy emotivo el descubrimiento de una placa de homenaje a los náufragos. Está a la puerta de la lonja sobre un gran canto rodado extraído del mar. De nuevo, los parientes de los desaparecidos del Bonito intervinieron para descubrir un poema de Alexandre Nerium grabado sobre el bronce: «Agardamos calados a silenciada morte sen mirarmos os prados que verdegan a terra ensamblados nos dentes das crueis calimas podres». Y ello «en homenaxe aos mariñeiros fisterráns que perderon as súas vidas nas aciagas augas bravías da Costa da Morte. No 50 aniversario do naufraxio do pesqueiro Bonito ». Aplausos.

El último acto del homenaje consistió en la inauguración de una exposición de fotografías y recortes de periódicos relativos a la tragedia que se conmemoraba. La muestra podrá verse en la lonja hasta el día 31 de este mes. Hoy continúan los actos con un funeral en la iglesia parroquial de Santa María das Areas. El oficio será a las siete de la tarde.