A Rocha dos Namorados, la misma función que el carballo de Artes

La Voz

CARBALLO

23 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los expedicionarios del Seminario de Estudos Comarcais siguen encontrando en el Alentejo múltiples paralelismos con la Costa da Morte. Los viajantes comprobaron como en Montemaor las chicas hacen pruebas de enamoramiento similares a las que hay en torno al roble de San Antonio, en la parroquia carballesa de Artes.

En la localidad lusa hay un menhir natural en forma de champiñón sobre el que, desde antinguo, girán ritos de fertilidad. Le llaman la Rocha dos Namorados porque, cada segunda feria (lunes) de Pascua, las chicas casaderas se ponen de espaldas al momonumento y le lanzan piedras. Si aciertan y su mágico proyectil se queda en la parte superior, se casan ese año. Si no atinan, tienen que intentarlo de nuevo y cada vez que fallan es un año sin amor.

La visita a este lugar fue el viernes por la tarde. La jornada cultural comenzó en el castillo de Evoramonte, donde el 26 de mayo de 1834 se firmó la convención que restableció la paz en Portugal después de una guerra civil. El siguiente destino fue el primer megalito del día, o cromeleque (círculo lítico) de los Almendres, que es el más grande de la Península Ibérica. Fue levantado entre los siglos VI y III antes de Cristo y está declarado Inmueble de Interés Público desde 1974. A diferencia de los cromlechs de la Bretaña, que suelen ser circulares, el de los Alemendres tiene forma de herradura y está alineado en dirección Este, frente a la ciudad de Évora. Algunas de las 95 piedras que lo forman tienen grabados de círculos y báculos, lo que, según la arqueóloga Goreti Sousa, revela que este conjunto fue levantado en tres etapas por una comunidad de pastores en el lugar conocido como Alto de las Piedras Talhas, también en el municipio de Montemor. Seguramente tenía como fin la observación de los astros.

Las rocas de este círculo lítico tienen entre uno y tres metros de altura. Algunos fueron levantados cuando se procedió a la restauración. La primera intervención fue en los años sesenta, cuando irguieron las piedras que estaban derribadas, y entre los ochenta y los noventa hubo una excavación a cargo de Mario Varela Gomes. Para Goreti Sousa «é o maior conxunto de menhires estruturados da Península Ibérica e un dos máis importantes de Europa».

La siguiente parada fue en el menhir solitario de los Almendres, está enfilado directamente al cromlech anterior, del que dista unos tres kilómetros en línea recta. Para Sousa, seguramente fue empleado en la antigüedad para cultos de fertilidad y responde las típicas características de un símbolo fálico.

La expedición también tuvo la ocasión de comprobar cómo tratan a los megalitos en Portugal. Si en la Costa da Morte se han destruido algunos ejemplares importantes, en el país vecino también ha ocurrido algo así. Los viajeros pudieron comprobar como la Anta del Livramento fue reconvertida en capilla en honor de San Brisscos.

Los últimos megalitos visitados el viernes fueron los del cromeleque de Xerez, que fue trasladado a este lugar de Monsaraz desde un emplazamiento ocupado actualmente por un embalse en el Guadiana. Y aún quedó tiempo para visitar la villa medieval monsaracense, desde la que se divisa el paso del gran río por el valle y una parte de su pantano. En el alto es posible recorrer una fortaleza, que incluye una plaza de toros, y un conjunto civil y religioso donde se hermanan obras que responden a un fuerte hibridismo de los estilos gótico, manuelino y barroco. Fue conquistada a los moros en el 1167 y luego donada a los templarios.