Fisterra luce el símbolo de su hermandad con Cadaqués

Laura Matabuena

CARBALLO

12 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

carballo | Enric Pascó, autor del monolito que puede verse en el Cabo Fisterra, declarado Patrimonio Europeo, lo definió como una síntesis de la evolución cultural y humana, «dos pueblos bajo la luz del sol, astro de naciente a poniente». Este monumento, colocado a la salida del Faro sobre un pedestal de cemento, es el símbolo del hermanamiento entre el cabo más oriental del territorio español, el de Creus, en Cadaqués (Gerona), y el más occidental, el de Fisterra. Por si quedase alguna duda, la inscripción colocada en el monolito lo deja claro: «Esta placa funde Oriente y Occidente».

La inauguración de la obra tuvo lugar el 16 de enero de 1998, cuando un numeroso grupo de personas se congregaron en las inmediaciones del Faro para descubrirla. Entre ellas se encontraban el entonces alcalde fisterrán, Ernesto Insua Oliveira; el regidor de la localidad catalana, Ángel Baró i Noguer, y una representación de las corporaciones de ambos ayuntamientos. También acudieron otras autoridades, como el entonces alcalde coruñés Francisco Vázquez; el director del Centro Nacional de Información Geográfica, Ramón Lorenzo, y varios miembros del Instituto Geográfico Nacional. Además, asistieron artistas como Moncho Amigo, Joseph Niebla o César Otero.

Tras la presentación de la pieza, las autoridades estamparon su firma en el Libro de Oro del Concello. Después, el cronista oficial de la villa, Benjamín Trillo, hizo un resumen de los valores geográficos y culturales de la localidad.? Dos meses después llegó al Faro la exposición artística y geográfica itinerante De cap de Creus a Cabo Fisterra, que pretendía ser un complemento a la iniciativa. Esta muestra recorrió el territorio español durante los siguientes meses, mostrando obras pictóricas y escultóricas de autores gallegos y catalanes. El hermanamiento se completó con un acto parecido que se celebró en la localidad catalana, donde se inauguró un monumento similar. El momento más peculiar fue la interpretación del Himno Galego por un grupo de gaiteros de Barcelona.