El ladrillo continúa siendo rentable en los municipios de la zona de Barbanza, o eso parecen indicar las cifras que relacionan los inmuebles construidos en el litoral con el número de nuevos residentes censados durante el ejercicio del 2006. Y es que el pasado año, por cada nuevo vecino que se incorporó al padrón municipal de algún concello del territorio barbanzano, se edificaron nada menos que doce viviendas.
Según los datos facilitados por el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), en la franja costera del sur coruñés se construyeron 2.976 pisos, lo que representa un alza del 42,8% respecto al 2005. Sin embargo y, durante el mismo período, la población censada sólo engordó en 242 personas, según el INE, hasta totalizar un total de 114.602 habitantes.
Las zonas próximas a los arenales fueron donde el hormigón y las grúas tuvieron más trabajo durante el ejercicio del 2006, siendo Ribeira y Porto do Son las localidades que se llevaron la palma.
Desproporciones
La capital de Barbanza incrementó su parque residencial en 1.033 viviendas, pese a que el número de habitantes aumentó en únicamente 168 personas. Una cifra desorbitante si se comparan los datos que ofrece Santiago, ciudad en la que en los últimos doce meses se edificaron 998 viviendas, pero que cuenta con un volumen de población que cuadriplica al de Ribeira.
Los pisos construidos en el municipio ribeirense equivale al total de nuevas edificaciones realizadas en Carnota, Muros, Noia, Outes, A Pobra y Rianxo.
Sin embargo, donde la situación es realmente paradójica es en Porto do Son. Y es que pese a que en el último censo provisional facilitado por el Instituto Nacional de Estadística la localidad sonense perdió a 126 vecinos en el último año, pasando de 10.024 a 9.898 los habitantes empadronados, se construyeron 595 nuevos inmuebles, lo que supone un alza del 101,6% respecto al año anterior. Sólo en los últimos 24 meses las empresas promotoras e inmobiliarias de la comarca edificaron en Porto do Son un total de 890 nuevas viviendas.