Los consejos de A Cantarela que pueden salvar vidas

AROUSA

15 nov 2011 . Actualizado a las 12:48 h.

Como tantas otras cosas bajo el sol, el mundo de las setas es fuente de enormes satisfacciones y catastróficos desastres. El valor gastronómico de los hongos y su poder nutritivo, comparable al de la carne por su elevado contenido en proteínas, milita entre las primeras. Los elementos tóxicos que se encierran en algunas de ellas lo hacen entre los segundos. Por ello, las alegrías de quienes recorren prados y bosques en busca del húmedo tesoro del otoño deben encontrar su imprescindible contrapunto en una buena información sobre las especies que se interponen en sus caminatas y acaban en la cesta. Conscientes de la importancia de esta labor divulgativa, los responsables de la asociación micológica A Cantarela ofrecen cada año un servicio de asesoramiento que todos los lunes de noviembre y diciembre funciona por la tarde a caballo del Liceo-Casino y del auditorio de Vilagarcía

Una cesta con cautela

Carlos Puga y Ramón Encisa, presidente y vicepresidente de A Cantarela, son los encargados de aconsejar a los buscadores de setas. Ayer lo hacían desde la exposición micológica anual que acoge el auditorio, Un aficionado se presentó allí con una buena cesta, repleta de variopintos ejemplares. Algunos de ellos resultan sabrosos y magníficos, como un par de boletus edulis, que viven sus últimas apariciones de la temporada, o las macrolepiotas procera, que se están adueñando de los prados mecidas por las abundantes lluvias y un ligero descenso de las temperaturas. Compartían espacio con ellas otras variedades bastante menos recomendables. Un agaricus tóxico, por ejemplo, que se delata por amarillear cuando se frota y desprender un cierto olor a tinta. Las amanitas muscaria, brillantes y coloradas viviendas de gnomos en el imaginario popular, contienen principios activos lo suficientemente potentes para hacer que quienes las consuman charlen amigablemente -o no tanto- con los diminutos inquilinos del hongo. Por algo es utilizado como agente visionario por los líderes espirituales de las sociedades chamánicas que aún perviven en algunos puntos del planeta. Así que, cuidado con ellas.

Ojo con el color blanco

Hasta ahora estamos hablando de setas alucinógenas, capaces de provocar severas indigestiones y viajes de difícil control. Pero existen en los montes especies mucho más peligrosas. Letales. El caso más conocido es el de la amanita phalloides, un hongo blanco que parece nacer de un huevo cuya cabeza acostumbra a tornarse verdosa con el tiempo. Es mortal de necesidad. Ayer se detectó en el auditorio un paxillus involutus, variedad que en algunos comensales no genera más que la satisfacción de deglutirla mientras en otros puede causar la muerte por destrucción de hematíes. En general, Puga y Encisa recomiendan prudencia ante las setas blancas que ofrezcan algún tipo de duda. Un buen consejo que, sin duda, puede contribuir a salvar vidas. Avisados quedan. Los lunes, entre las siete y las ocho y media de la tarde. El riesgo nunca merece la pena.