Leyendas urbanas y zapatillas de alta tensión

AROUSA

06 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Las habrán visto ustedes en distintas calles de la comarca. De repente, en un cable del tendido eléctrico aparecen unas zapatillas de deportes colgadas. Atadas por sus cordones y pendientes en el aire, violentando la ley de la gravedad. Y uno se pregunta quién, cuándo, dónde, por qué. O sea, todas las preguntas que se debe hacer un periodista antes de escribir una información. Y como nosotros nos las hemos hecho, ahora se lo contamos. Aunque sintiéndolo mucho, no hay una respuesta definitiva, porque las zapatillas colgadas de los cables son una leyenda urbana más sobre la que corren mil y una teorías. Ahí van.

La más extendida es que forman parte de un código propio de toxicómanos y vagabundos, y que indican un punto de venta de droga. Las primeras que se vieron en la comarca pendieron muchos meses de un cable próximo a la parte trasera del centro de la tercera edad de Vilagarcía, un lugar que, en efecto, era frecuentado por transeúntes y consumidores de estupefacientes. Luego desaparecieron, pero en la actualidad hay zapatillas colgadas detrás de la capilla de San Roque, en la salida de Vilagarcía hacia Cambados y en A Pantrigueira, en la carretera que va hacia A Illa. Por poner algunos ejemplos.

Por extensión, las zapatillas de alta tensión se relacionan con barrios marginales y gentes de mal vivir, pero lo cierto es que ahora pueden aparecer en cualquier cable de cualquier casco urbano de cualquier ciudad no solo española, sino de cualquier país del mundo, que eso es lo que tiene la globalización.

Una tesis más macabra sostiene que las botas se cuelgan en los sitios en los que hubo una muerte violenta, en homenaje a la víctima.

Pero hay otras teorías que desvinculan por completo el fenómeno del mundo del hampa. Hay quien lo relaciona con la antigua costumbre de los soldados de colgar las botas, una expresión que ahora abunda en el mundo del fútbol y que tiene que ver con el final de una actividad, cuando se deja un trabajo, una empresa o incluso los estudios, por eso hay quien dice que las zapatillas las cuelgan los estudiantes cuando se licencian.

Todas ellas pueden ser ciertas. Incluso la que asegura que los colgadores de zapatillas solo son ociosos que no tienen nada mejor que hacer que pasar las horas apuntando hasta que se consigue equilibrar el par de zapatos en los cables. O quizás no signifiquen nada. Uno lo hace una vez, lo cuenta por Internet y el mundo entero lo copia. A saber.