El eterno aspirante al sol y playa

AROUSA

Fue el proyecto estrella de los distintos gobiernos del PP pero, por ahora, no ha logrado hacerse realidad. Aún así, el alcalde insiste en que la obra no se ha descartado

16 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Recuperar el litoral de Cambados fue, durante muchos años, una de las grandes obsesiones de los distintos gobiernos locales. En una época en que los terrenos ganados al mar crecían a base de escombros y en la que neveras y lavadoras adornaban el litoral, el municipio pedía a gritos una recuperación de la costa. Quizás por ese motivo los populares propusieron, allá por el 95, habilitar una playa en una de las fachadas de la localidad. El proyecto fue rotando de programa en programa electoral y variando su ubicación, pero nunca llegó a hacerse realidad. Informes en contra y quejas del sector marisquero acabaron con esta obra. ¿O no? El actual alcalde, José Manuel Cores Tourís, asegura que el proyecto no se ha descartado. Es más, se ha trasladado a la zona de O Pombal, donde hace muchos años existía un arenal.

Fue Santiago Tirado, el anterior alcalde de Cambados, uno de los que más fuerte apostó por dotar al municipio de un arenal. No solo por la recuperación del litoral, sino también por el turismo que, consideraba, podía atraer una playa en condiciones. Pero no hubo suerte. Al final, «tivemos que deixalo durmir, porque non era moi popular», recuerda sobre el proyecto. El regidor sí consiguió, en cambio, llenar de arena toda la costa cambadesa. Pero no para que los vecinos pudieran clavar la sombrilla, sino para esconder todos los escombros y la basura que, durante años, se había almacenado en la zona.

El primer proyecto para habilitar una playa en Cambados se centró en la zona de San Tomé. Aprovechando la construcción del paseo marítimo, que permitió regenerar el litoral, el Concello llenó de fina arena el tramo final del recorrido, el que se ubica enfrente del asilo. Lo dotó de servicios, como duchas, y celebró allí el primer y único campeonato de voleiplaya que acogió Cambados. Pero esto no sirvió para atraer a bañistas, pues el arenal presenta algunas deficiencias. La primera es que, en cuanto bajaba la marea, resultaba imposible encontrar agua en la que bañarse. La segunda, que en la zona atracan embarcaciones de los marineros.

El Concello también puso el ojo en el entorno de Tragove, donde todavía hoy van algunos vecinos a tomar el sol. Llenó la costa de arena, pero se hacía preciso volar las rocas que pueblan este litoral y eso era una obra demasiado complicada. Además, «atopábamos á xente roubando a area que votábamos alí ou enchendo a zona de basura», recuerda. Otro proyecto se fijó en el entorno de Montes Outeiro, pero tampoco este consiguió salir adelante.

La siguiente oportunidad llegó cuando se construyó el tramo del paseo marítimo entre la plaza del Concello y la casa del mar. De nuevo había un espacio en el que poder echar arena. Pero este presentaba los mismos problemas que el anterior. El agua se aleja demasiado de la costa cuando baja la marea y la zona húmeda está llena de fango. Así que solo algún que otro atrevido turista ha osado tomar el sol en este entorno.

Pero a pesar de todos estos intentos fallidos, Tirado no desistía. Su siguiente propuesta fue aprovechar el tramo de costa que transcurre por el parque, hasta el espigón de Tragove. La zona era más propicia, pues la construcción impediría que el mar se llevara la arena. Costas hizo informes para evaluar la posibilidad y se llegó a estudiar incluso dragar la zona. Pero aquí la obra entró en conflicto con las concesiones marisqueras. «Había que conseguir o permiso das mariscadoras para, dende o muelle de Cambados ata o espigón facer unha sábana de area apoiándose na zona rocosa», recuerda ahora. Lo tenía todo estudiado. «Podíase compensar ás mariscadoras porque iso ía significar un aumento do turismo», argumenta. Pero no pudo ser.

Ni siquiera la marcha de Tirado de la alcaldía impidió que el PP siguiera hablando de una playa en Cambados, pero el proyecto perdió intensidad. Posteriormente, Costas acometió la mejora del litoral que quedaba pendiente y, cada vez más, la posibilidad de construir una playa artificial en el municipio se desvanecía. Por suerte, a cambio, Cambados ha conseguido restaurar por completo su fachada litoral, que nada tiene ya que ver con la que existía hace unos años.

Obra de futuro

Preguntado el actual regidor, José Manuel Cores Tourís, sobre qué ha sido de este proyecto, sostiene que todavía no se ha descartado por completo. Es más, su equipo ya tiene una nueva ubicación para el arenal: el entorno de O Pombal. Aquí fue donde, en otra época, se instaló una de las primeras playas del municipio y, hasta hace algunos años, todavía era posible ver en la zona las antiguas casetas de baño. Por eso el equipo de gobierno confía en que, antes de esta legislatura, Cambados pueda disponer de su propia playa.

Para que la obra salga adelante falta la colaboración de Costas, que debe instalar unas compuertas para que el Concello pueda regular la entrada y salida de agua. Una vez que este trabajo esté finalizado, Cambados planea habilitar en el lugar una gran zona de ocio. En el margen del monte de Tragove se acondicionará un espacio para los deportistas de vela y piragüismo. En el margen de O Pombal se echará un poco más de arena y los cambadeses podrán, por fin, clavar la sombrilla. ¿O no?