Solo un coche de la Policía Local patrulla diariamente Vilagarcía

AROUSA

El servicio se refuerza con un segundo vehículo ocasionalmente, pero no durante las noches ni los fines de semana

08 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Pese al inusitado incremento de atropellos que Vilagarcía está registrando desde enero, la presencia en las calles de la Policía Local, cuerpo al que corresponden las competencias sobre tráfico y seguridad vial en el municipio, sigue yendo a menos desde hace año y medio.

A la vista de la cobertura existente en la capital arousana, el aumento de los siniestros parece acompañarse, efectivamente, de una evidente relajación del servicio. Un dato arroja suficiente luz sobre este fenómeno: lo habitual es que un solo vehículo policial patrulle diariamente un concello que lleva camino de sumar 40.000 habitantes, con una población distribuida entre tres cascos urbanos principales (Vilagarcía, Carril y Vilaxoán) y decenas de pequeños núcleos en los que el paso de un agente local resulta una quimera.

La presencia del cuerpo municipal en la vía pública se limita a siete u ocho agentes en horario diurno. Este cupo se reparte entre la pareja que pilota el automóvil, el policía que viaja en la grúa y cuatro agentes a pie, que se convierten en solo dos cuando, ocasionalmente, un segundo vehículo refuerza la solitaria patrulla motorizada. Un panorama que se antoja muy complicado para el correcto desarrollo de su labor, especialmente si se echa mano de la calculadora: con este nivel de operatividad, hay un policía en activo por cada 4.500 habitantes.

Este promedio se reduce drásticamente durante las noches y los fines de semana. Entonces no hay refuerzo que valga. Un solo coche policial patrulla la capital arousana, lo que significa que en madrugadas concurridas, como las del sábado y el domingo, únicamente dos agentes tienen que asumir la vigilancia sobre la seguridad vial de la ciudad a bordo de un solo automóvil. En tales circunstancias, fuentes internas reconocen que casi resulta imposible ejercer algún tipo de control efectivo.

Pese a las evidencias, ni los cortos servicios ni la ola de atropellos que azotan la ciudad han variado un ápice las instrucciones que emanan de la jefatura de la Policía Local, encargada de coordinar la labor de los agentes. Muy al contrario, la presión que existía bajo el mandato del último concejal de Tráfico y Seguridad Ciudadana se ha esfumado poco a poco al mismo ritmo que la jefatura ha ido acaparado el control práctico y teórico del cuerpo. Hace año y medio, las patrullas del fin de semana contaban con dos vehículos policiales, un refuerzo que también se aplicaba durante los meses de julio y agosto. En ocasiones se llegaba a introducir una tercera pareja de agentes, de forma coordinada con la Policía Nacional.

La labor de regulación de la espesa circulación rodada tampoco ha mejorado. Así, es habitual notar la ausencia de agentes en puntos y momentos álgidos del tráfico urbano, como la rotonda de O Ramal a mediodía.