«La migraña crónica es un fracaso del sistema»: el retraso diagnóstico y sus implicaciones en la enfermedad

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez ALCALÁ DE HENARES / LA VOZ

ENFERMEDADES

De izquierda a derecha: Tania Herrera, enfermera especializada en migraña; Almudena Mateos, psicóloga experta en dolor; Roberto Belvís, neurólogo; Eva Ortega, representante de AEMICE.
De izquierda a derecha: Tania Herrera, enfermera especializada en migraña; Almudena Mateos, psicóloga experta en dolor; Roberto Belvís, neurólogo; Eva Ortega, representante de AEMICE. LUNDBECK

La enfermería es pieza clave en el acompañamiento al paciente y su impacto en la salud emocional requiere abordar la dimensión psicológica de esta patología

09 dic 2025 . Actualizado a las 11:30 h.

El cerebro con migraña no presenta ninguna anomalía. Así lo confirma Roberto Belvís, director del servicio de Neurología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN). No existe una lesión que se pueda observar en una prueba de imagen ni provoca otras enfermedades neurológicas. «Solo procesa de forma diferente ciertos cambios relacionados con patrones de sueño, períodos de estrés, de ayuno, fluctuaciones hormonales o incluso algunos alimentos», matiza. El porqué, se desconoce. Así lo expuso en el III Seminario Lundbeck de Migraña, celebrado en Alcalá de Henares. 

La migraña es la entidad más frecuente que ven los neurólogos, aunque existan más de cien tipos de dolores de cabeza. «En este caso, el dolor siempre es moderado o grave, por lo tanto, siempre afecta al rendimiento de una persona e incluso puede provocar que esa persona quede anulada para la actividad que estaba haciendo», añade el neurólogo.

Se clasifica, según criterios de la International Classification of Headache Disorders 3 (ICHD-3), en episódica con o sin aura, y crónica. Esta última se diagnostica cuando la cefalea aparece durante quince días o más al mes. Cuando se presenta con aura, se describen síntomas visuales, sensitivos o del sistema nervioso central. «Lo más frecuente es que queden deslumbrados con luces, con colores, durante unos treinta minutos o incluso una hora, se le puede dormir la mano, la boca, e incluso pueden empezar a hablar un poco raro como si estuvieran sufriendo un ictus. Cuando un paciente con migraña sufre su primera aura, tiene miedo de que estén sufriendo una lesión cerebral».  

En palabras de Belvís, cuando se dan más de cuatro días de migraña al mes, los pacientes también tienen síntomas entre esos ataques. «El paciente está inestable y tiene fotofobia todo el día. No es una enfermedad solo de dolor y esto es un error que hemos tenido los especialistas durante muchos años, decir que esto solo va de dolores de cabeza», asegura. 

Por último está la migraña crónica, «la más temida, cuando hay más de quince días de dolor de cabeza al mes». En España, más de cuatro millones de personas padecen de tipo episódico, pero más de un millón, la crónica. «Es la enfermedad récord de la automedicación, porque hay muchos pacientes con casos leves que se automedican. Lo que sucede, es que no siempre son los adecuados. También se da un uso excesivo de analgésicos», describe el neurólogo. El problema es que la automedicación puede ser un desencadenante de su cronificación. 

El retraso en el diagnóstico y la dificultad de acceso a tratamiento específico

El 95 % de los pacientes tarda una media de seis años en recibir un diagnóstico y el 40 % permanece sin diagnosticar. «Creemos que solo el 10 % de los pacientes acaba en el neurólogo», indica Belvís. En la cadena de procesos que recorre actualmente quien vive con migraña, desde el inicio de los síntomas hasta que se considera la administración del tratamiento preventivo eficaz, se pueden distinguir las siguientes etapas: un prediagnóstico en Atención Primaria, el diagnóstico por el especialista (un neurólogo), la administración del tratamiento para el alivio sintomático de las crisis y el tratamiento preventivo. Así, un 50 % abandonan el seguimiento tras las primeras consultas y en consecuencia, se calcula que menos del 20 % de los pacientes reciben un tratamiento específico.  

«El tratamiento empieza sin fármacos. Lo más importante es la información, eso que los neurólogos tenemos menos tiempo para hacer», avanza. Una vez cumplida esta primera parte, existen medicamentos que abordan los síntomas, los ataques de migraña, «el 100 % de los pacientes tiene que llevar encima un tratamiento por si tiene ataques de migraña tomárselo inmediatamente»; y los preventivos, que tienen por objetivo reducir la frecuencia de las crisis, su gravedad, su duración y la discapacidad asociada.  

Belvís subraya la brecha de equidad existente entre territorios y las dificultades de acceso a estos medicamentos específicos. «La migraña crónica es un fracaso del sistema; el sistema nacional de salud es el responsable de que muchas enfermedades se cronifiquen». A su juicio, todas estas barreras y carencias solo se pueden resolver mediante un plan o una estrategia que garantice mínimos comunes y homogéneos en todo el país. 

Las enfermeras, claves en el acompañamiento al paciente con migraña

Tania Herrera es enfermera asistencial en consultas de neurología en el Hospital Universitario de Donostia y vocal de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica (Sedene), pero reconoce que llegar a serlo no es tarea sencilla. «Las enfermeras somos clave en la educación del paciente, hacemos mucho más que escucharlo, nuestra especialidad también se encarga de la adherencia al tratamiento y el seguimiento continuado», sostiene. Si bien, también las hay en Atención Primaria, en urgencias, en hospital de día y de farmacia. 

«En la migraña, uno de los mayores retos no es encontrar el tratamiento adecuado, sino conseguir que el paciente lo mantenga en el tiempo. La adherencia es clave para la eficacia terapéutica. Es la enfermera la que explica el plan terapéutico, trabaja la comprensión del tratamiento con herramientas como el calendario de migrañas, detecta efectos adversos y promueve el autocuidado», comenta Herrera. Así, asegura que su papel no solo se centra la atención clínica. 

Por eso, remarca que el gran reto es garantizar una atención equitativa, asegurando la presencia de enfermeras expertas en cefalea en todas las consultas monográficas a nivel estatal. «Para lograrlo debemos impulsar formación avanzada y consolidar nuestra integración en equipos multidisciplinares. Solo así podremos ofrecer una atención de calidad y contribuir de manera efectiva a mejorar la calidad de vida de quienes conviven con migraña», expone. 

Cuando el dolor va más allá: la migraña y la salud mental 

La migraña supone un impacto emocional, social y laboral. Además, la relación que existe entre esta y la salud mental es bidireccional. Por ejemplo, el estrés es un agravante, pero también un desencadenante de la enfermedad: «La propia crisis de migraña también supone estrés, es decir, el paciente no lo sufría pero con la crisis, sí», explica Almudena Mateos, psicóloga experta en dolor. El 60 % de los pacientes con migraña tiene algún síntoma psicológico. 

«No se puede hablar de abordaje integral si no se atiende también la dimensional emocional del paciente, la migraña no solo duele en la cabeza, también la autoestima, el trabajo y las relaciones sociales. La salud mental no solo empeora en el curso de la migraña, sino que también va a modular la experiencia fisiológica del dolor», detalla. Las terapias que han demostrado evidencia científica al respecto son la terapia cognitiva conductual o la de aceptación y compromiso. 

Desafortunadamente, el doctor Belvís confirmó que «ahora mismo en España no hay ningún psicólogo integrado en ninguna unidad de cefaleas. Otra cosa es que exista alguno que esté ligado a algún proceso de investigación». En este sentido, Mateos remarcó que «estamos trabajando desde los colegios de psicología para que se reconozca nuestro papel y se luche por ello. Además, dependemos mucho de la sensibilidad política y de los hospitales. Los psicólogos que trabajamos en este tipo de temas o estamos en alguna investigación o son equipos que han tenido mucha suerte». La mayoría de la gente acude a asociaciones, por ejemplo a través de Aemice, que se están apoyando en esta línea, o tiene que recurrir a la privada. «De todas formas, se ha demostrado que es coste-eficaz y que cuando existe un psicólogo se disminuye el acceso a los recursos; hay muchos estudios sobre esto», amplía Mateos. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.