Descubren una nueva vía para regenerar el cartílago en la artrosis

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La artrosis afecta a cerca del 10 % de la población española.
La artrosis afecta a cerca del 10 % de la población española. iStock

Un estudio publicado en la prestigiosa revista Science ha desentrañado el mecanismo que destruye el tejido en esta enfermedad, gracias al hallazgo de un fármaco que podría revertirlo

08 dic 2025 . Actualizado a las 17:51 h.

Durante décadas, la artrosis se ha considerado una enfermedad sin retorno. Se trata de un desgaste progresivo e irreversible del cartílago que amortigua las articulaciones. Las únicas soluciones, hasta ahora, han sido destinadas a aliviar los síntomas. Analgésicos, fisioterapia o, en casos graves, una prótesis que sustituye la estructura dañada. Ningún tratamiento ha sido capaz de abordar la raíz del problema. Pero esto podría estar a punto de cambiar. Una investigación liderada por la Universidad de Stanford (California), publicada recientementeen la revista Science, ha identificado el mecanismo molecular que desencadena la destrucción del cartílago en la artrosis y ha demostrado cómo revertir ese proceso en modelos animales. El estudio abre por primera vez la posibilidad de un tratamiento capaz no solo de frenar la enfermedad, sino de regenerar tejido articular.

El trabajo se centra en una sustancia asociada al envejecimiento, la 15-PGDH, una enzima que aumenta con la edad y cuyo papel había sido estudiado en tejidos como músculos, colon, hígado o sangre. En todos los casos, cuanto mayor es la presencia de esta proteína, menor es la capacidad de regeneración. Sin embargo, esta es la primera vez que se la vincula de manera directa con la artrosis.

Una enzima clave

El equipo de Stanford detectó que existen niveles altos de 15-PGDH en los cartílagos dañados por la artrosis. La 15-PGDH es una enzima que se encarga de degradar las prostaglandinas D2 y E2, dos moléculas indispensables para la reparación de tejidos. A medida que su concentración aumenta con la edad, la capacidad del cartílago para regenerarse disminuye de forma drástica.

«La artrosis afecta a una de cada tres personas mayores de 65 años, y hasta ahora no disponíamos de ninguna terapia que actuara sobre la causa molecular del deterioro», explica Helen Blau, especialista en medicina regenerativa y codirectora del estudio. El hallazgo, subraya, supone «una nueva forma de regenerar tejido adulto».

Para comprobar si era posible revertir este proceso, los investigadores recurrieron a un fármaco experimental desarrollado por la biotecnológica EpiriumBio, en la que participa Blau. El compuesto inhibe la producción de la enxima 15-PGDH, consiguiendo de este modo que las prostaglandinas recuperen su actividad reparadora.

Eficacia en ratones

Los ensayos del fármaco en ratones con artrosis de rodilla han ofrecido resultados sorprendentes. Tras administrar el compuesto directamente en las articulaciones dañadas, los investigadores observaron efectos importantes en la regeneración del cartílago, con un grosor similar al de animales sanos, así como una formación de cartílago hialino, el tipo adecuado para las articulaciones. Se trata de un tejido diferente del fibrocartílago o cartílago elástico, que no cumplen la misma función. También hallaron una recuperación de la movilidad, consiguiendo una mayor carga de peso sobre la articulación tratada, un indicador indirecto de la reducción del dolor. «El nivel de regeneración del cartílago en ratones mayores nos ha sorprendido. El efecto ha sido extraordinario», señala Nidhi Bhutani, coautora del estudio y especialista en cirugía ortopédica.

El equipo también puso a prueba este fármaco en cartílagos humanos extraídos durante operaciones de prótesis de rodilla, con resultados similares. Una vez más, vieron que el tejido volvía a regenerarse.

Cambio de paradigma

Uno de los hallazgos más inesperados del estudio está relacionado con el origen de las células que reconstruyen el cartílago. Hasta ahora, la investigación científica se había centrados en las células madre como fuente de regeneración. Pero la nueva evidencia apunta a otro mecanismo.

«No vemos participación de células madre», observa Blau. En este caso, son las propias células diferenciadas del cartílago las que modifican sus patrones de expresión genética y reconstruyen el tejido. Hasta ahora, se creía que estas eran incapaces de regenerarse. Sin embargo, el inhibidor de 15-PGDH desarrollado recientemente parece desbloquear genes necesarios para la reparación que estaban silenciados. Este descubrimiento podría cambiar el paradigma en cuanto a la regeneración de estos tejidos.

Ensayos clínicos

Aunque la investigación se ha centrado en la artrosis, el fármaco ya se está probando en humanos para tratar la atrofia muscular asociada a la edad. En estos ensayos de fase 1, administrado por vía oral, ha demostrado ser seguro y tener actividad biológica. El siguiente paso, detalla Blau, será iniciar ensayos clínicos dirigidos específicamente a personas con artrosis. De confirmarse los resultados obtenidos en animales y tejidos humanos, esta terapia podría convertirse en la primera capaz de revertir la enfermedad.

Actualmente, los tratamientos disponibles se limitan a paliar el dolor o mejorar temporalmente la movilidad. La introducción de un medicamento con un mecanismo de acción regenerativo podría transformar el tratamiento de una patología que afecta a millones de personas. No obstante, los expertos recuerdan que la distancia entre los resultados en ratones y la aplicación clínica en humanos es considerable. El cartílago humano es más grueso, crece más lentamente y está sometido a cargas de peso más elevadas. Será necesario verificar que la regeneración observada en laboratorio se mantiene en articulaciones humanas vivas y en movimiento.

Aunque se la considera una enfermedad propia de las personas mayores, la artrosis también afecta a otros grupos poblacionales. Deportistas, trabajadores de esfuerzos repetitivos y personas que han sufrido lesiones articulares pueden desarrollar la enfermedad en la mediana edad de la vida. Para muchos, la única opción es una prótesis. De probar su eficacia y seguridad, esta terapia podría retrasar o incluso evitar la necesidad de esta cirugía.