«Después del incendio, que lo arrasó todo, nos retiraron una ayuda de 80.000 euros»

Pasadas las dos y veinte de la tarde del martes 31 de marzo del 2020, con todo el país confinado en uno de los momentos más críticos de la pandemia del coronavirus, un incendio calcinó una nave industrial situada en Celeiro, Viveiro, propiedad de la empresa de rotulación y diseño Signo Grupo Futures, cuya gerente es Mónica Tresguerres. El negocio empleaba entonces a seis personas y trabajaba a destajo en una causa solidaria: fabricando mamparas de protección contra el covid para colectivos como residencias de mayores o hospitales. Transcurridos más de tres años desde el fuego, la compañía aseguradora todavía no ha pagado la indemnización, como denuncia el fundador de la firma, Alberto García.

«Seguimos pendientes de que Generally nos pague el seguro. Es una vergüenza lo que nos está haciendo», denuncia un empresario que, como consecuencia de la falta de alternativas en Viveiro, acabó trasladando al polígono de Camba, en Xove, las instalaciones principales de una empresa que no ha dejado de crecer pese a las dificultades. «Los políticos se llenan la boca diciendo que ayudan a los pequeños empresarios y no es así. Todo son trabas», manifiesta un emprendedor que hoy emplea a una decena de personas. «Somos una empresa pequeña que lo perdió todo hace tres años, y que a pesar de todo ha seguido adelante buscando nuevos mercados, esforzándose, creando nuevos puestos de trabajo..., y sin recibir ninguna ayuda», destaca García.

Alberto García, fundador del grupo Signo Futures: «Dicen que ayudan a las pequeñas empresas, pero cada día te encuentras con mil problemas»

Hace cerca de tres décadas que Alberto García llegó desde Asturias a Viveiro para impartir clases de informática en la zona de A Mariña. «Lo que era un departamento de formación se convirtió además en uno de informática, y todo esto se convirtió además en un taller de creaciones, que es lo que tenemos ahora», explicó hace tiempo a La Voz un empresario que se muestra muy decepcionado con la Administración. No en vano, según destaca, el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) ha retirado a su empresa una ayuda que le había concedido para comprar maquinaria con la que afrontar nuevos proyectos. «El Igape nos retiró una subvención de 80.000 euros por un fallo administrativo; es vergonzoso», critica.

Devolver 40.000 euros

Explica que el organismo público les había abonado 40.000 euros y estaba a la espera de pagar los restantes 40.000 cuando, en un giro inesperado, les denegó la partida. «Fue por algo meramente formal que estaba mal explicado en el pliego. La administración no está ayudando a las empresas y no se puede lidiar con ella porque, aunque la lleves a juicio, no te escuchan. Siempre tienes las de perder», denuncia. En su opinión, es lamentable que se pongan tantas trabas burocráticas a quien está creando «empleo de verdad» e «invierte en lo que dice que invierte la ayuda que le dan». «Cada día te encuentras con mil problemas. Esa es la realidad de las pequeñas empresas, el día a día», critica.