Nace el nuevo Vigo

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

El gobernador Francisco del Busto pone la primera piedra del ensanche, que supondría ganar terreno al mar en el entorno de la Alameda

17 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Muchos vigueses contemplaron el acontecimiento subidos a las viejas murallas. El gobernador civil, Francisco del Busto, ponía la primera piedra de «la nueva ciudad de Vigo». Pasaba de las doce del mediodía del domingo 13 de diciembre de 1857. Aquel día, la ciudad comenzaba a estirarse hacia el este. Pero ese proyecto de desarrollo urbanístico también suponía la primera agresión a la ría ya que se iniciaba el relleno del entorno de la actual Alameda.

«La Divina Providencia os ha dotado de un puerto, que es la admiración de todas las naciones de Europa; pero os faltaba una población que armonizase con tan preciosa obra de la Omnipotencia», afirmó el gobernador de la provincia tras colocar la primera piedra. Este simbólico vestigio fue colocado en el entorno del actual Náutico, donde entonces estaba el pequeño muelle de piedra, situado ante el baluarte de A Laxe.

En realidad, aquel día se iniciaba la construcción de un malecón que permitiría ir rellenando una amplia zona. Aquel malecón es el mismo que hoy recorre entre el Náutico y el final del puerto deportivo, frente al edificio de la Xunta de Galicia. Después llegaría el relleno desde ese malecón hasta la acera de la plaza de Compostela donde desembocan las calles Velázquez Moreno y Reconquista: el ensanche de García Olloqui.

Tan solo unos días antes había nacido el príncipe de Asturias, el futuro Alfonso XII, y el alcalde Vicente Méndez de Quirós propuso que el acto de inauguración de las obras fuese también un homenaje al futuro rey. Así que los vigueses amanecieron aquella jornada con una alborada interpretada por la banda de música. Una salva de bombas y un repique general de campanas anunciaron al leal vecindario los actos que se iniciaban. La junta municipal pagó una comida extraordinaria a los pobres acogidos en la casa de beneficencia, mientras que el juez de primera instancia hacía lo mismo con los presos de la cárcel.

Obispo, gobernador, corporativos y autoridades militares partieron de la plaza de la Constitución para recorrer la calle de la Oliva, Gamboa y Victoria para salir del recinto amurallado por la puerta de A Laxe. Allí se había levantado un pequeño pabellón para acoger un altar donde el obispo oficiaría los actos religiosos.

Estas mismas autoridades se dieron un homenaje gastronómico en la fonda León de Oro, mientras que el pueblo se divertía con cucañas y «corridas de hogazas» en la alameda del Areal. Esta última actividad consistía en una carrera pedestre cuyo premio era una hermosa hogaza de pan. La jornada concluyó con fuegos artificiales, música, iluminaciones y un baile de máscaras en el teatro, mientras que en la Constitución se elevaba un globo.

ERAN OTROS TIEMPOS diciembre 1857

Habitantes

La Gaceta cifraba la población en 11.412 personas, 5.721 mujeres y 4.691 hombres.

Profesiones

El precedente del BOE señalaba que entre los residentes había 3.082 personas no contribuyentes (mano de obra por cuenta ajena); 185 pobres de solemnidad; 160 comerciantes; 689 militares en activo y 39, retirados; 200 labradores; 111 empleados activos y 15, cesantes (funcionarios); 261 propietarios; 26 eclesiásticos; 1.758 jornaleros; 134 profesores de toda clase; 659 industriales; y 3 fabricantes.