Un acuerdo entre la Xunta y ganaderos garantiza los curros

aLEJANDRO martínez OIA / LA VOZ

VIGO

Los dueños de los caballos salvajes acordaron suspender las medidas

27 abr 2011 . Actualizado a las 11:30 h.

Una tregua entre ganaderos de caballos salvajes y responsables de la Xunta garantiza este año la celebración de los curros. Tras dos horas y media de reunión, los representantes del gobierno autónomo se comprometieron ayer a no presionar por el cumplimiento de la obligatoriedad de la colocación del microchip a los equinos, mientras que los afectados por esta medida desconvocaron todas las medidas de presión que pensaban llevar a cabo.

El encuentro se celebró a última hora de la mañana de ayer en Santiago de Compostela. El conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, se reunió con el director xeral de Producción Agropecuaria, el alcalde de Oia, Alejandro Rodríguez, el edil Eugenio Portela, el edil baionés José Rodríguez Trigo, el presidente de la asociación de gandeiros de cabalos dos Montes da Groba, Modesto Domínguez Roda, el secretario de la entidad, Javier Álvarez-Blázquez Fernández y un representante del curro de Amil.

Los ganaderos afectados recordaron al responsable autonómico que la normativa europea que obliga a la implantación del microchip contiene excepciones para el caso de los caballos salvajes o semisalvajes. Los afectados quieren que el gobierno autonómico exceptúe a los propietarios de caballos salvajes de esta obligatoriedad.

Los responsables de la Xunta se comprometieron a asesorarse jurídicamente antes de tomar una decisión sobre el criterio que aplicarán para velar por el cumplimiento de la normativa.

Mientras tanto, han firmado una paz temporal con los ganaderos, que permitirá la celebración de los curros previstos durante la presente temporada, aunque previsiblemente el problema del microchip volverá estar sobre la mesa el año que viene.

En pie de guerra

La imposición del microchip puso a los ganaderos de la provincia en pie de guerra por los altos costes que supondría aplicar este sistema de identificación a los animales.

Los ganaderos llegaron a amenazar con suspender los curros de a Valga, Torroña, Mougás y San Cibrán.

Las razones que aducen es que su actividad no es lucrativa y que gracias a su trabajo desinteresado se conserva en los montos la raza de caballo gallego, cuya pureza y valiosa carga genética está reconocida unánimemente. Tener que abonar 40 euros por cada microchip supondría una carga imposible de asumir en una actividad que no genera beneficios. Por otra parte, afirman que con su trabajo defienden y conservan una tradición ancestral y de un gran interés turístico. Son miles de personas las que se acercan cada año a los recintos de los curros para participar en una gran fiesta que además tiene una vertiente gastronómica. Los ganaderos defienden la necesidad de conservar el caballo salvaje porque realizan una importante labor de limpieza del monte, al consumir grandes cantidades de materia vegetal, contribuyendo a la prevención de incendios forestales.

Los ganaderos no solo tenían previsto suspender los curros, sino que además iban a llevar a cabo otras medidas de presión como concentraciones y manifestaciones en los próximos actos electorales, así como una marcha a caballo hasta la sede de la Xunta en Vigo.

Ayudas

Por su parte, el conselleiro de Medio Rural explicó que las ayudas de la Xunta son una «medida moi xenerosa» y cubren un alto porcentaje del coste de la identificación, que alcanza el 90 por ciento del total el primer año de gestión de la subvención, decreciendo paulatinamente hasta el 40 por ciento.

Sobre los 40 euros que valoran los ganaderos el coste del microchip, afirma que es el máximo estimado para calcular la subvención, pero que suelen ser más baratos.