Los médicos le han dicho no. Tomás Fontán no podrá estrenarse en esta temporada al no haber superado sus problemas en la cadera derecha. El lateral izquierdo del Frigoríficos es consciente de que a sus 33 años puede estar escribiendo los últimos momentos de su carrera, aunque por el momento se resiste a creerlo.
«El médico ya me ha dicho que me olvide de este año, que es mejor que empiece a pensar en el próximo. La operación fue bien pero han surgido nuevas complicaciones que hacen que el dolor no haya desaparecido», comenta resignado el jugador. Uno de los estandartes del club cangués está pasando por un momento difícil después de ver como no juega un partido oficial desde diciembre del 2009. Su última aparición fue en un amistoso en enero del pasado año ante el Oporto. «Ese día tuve tanto dolor que vi que era imposible volver así».
El quirófano resolvió sus problemas con la cadera, pero posteriormente han aparecido unas calcificaciones que no acaban de desaparecer a pesar del tratamiento. Fontán se resiste a creer que haya llegado el final. «Llevo tanto tiempo parado que quizás por eso tenga más ganas de jugar. En verano sé que tendré que tomar una decisión. Tengo que llegar en plenas condiciones, como uno más, a la pretemporada. Si para entonces no estoy bien, podría haberse terminado. Esta lesión me ha enseñado a no hacer planes. Todas las fechas que había marcado no se han cumplido», comenta resignado. Fontán no podrá estar en la más que probable promoción de ascenso junto a sus compañeros. Desde fuera no se pierde un partido, y asegura que ve al equipo preparado para «cualquier cosa» en esta temporada.