Los niños del colegio Virxe do Rocío trasladan el recreo a la vía pública

Luis Carlos Llera Llorente
Luis Carlos Llera VIGO/LA VOZ.

VIGO

14 ene 2011 . Actualizado a las 11:42 h.

Los niños del colegio Virxe do Rocío de Coia han trasladado el recreo a la vía pública. Por culpa de las obras en el antiguo colegio ahora no tienen un terreno adecuado para poder jugar.

El Ayuntamiento cedió al centro educativo una parcela en un terreno público situado detrás de la calle Marín. En los supuestos jardines públicos florecían los matorrales. Cortaron las silvas y aplanaron el terreno, de varios cientos de metros cuadrados de superficie. Pero, sin embargo, la apisonadora no compactó la tierra de todo el patio. Buena parte del suelo está blando. Los zapatos se hunden por la lluvia. El patio provisonal está delimitado por una improvisada valla de madera blanca, que recuerda a los embalajes de fruta, aunque sea un poco más consistente. Los acabados de las tablas que componen la cerca dejan mucho que desear. Las astillas son perceptibles y peligrosas.

La valla, que tiene una cinta plástica de la empresa constructora que la ha colocado, separa el campo de juego de un gran terraplén. Eso es lo que les ha preocupado más a las autoridades del colegio, la existencia de un pronunciado desnivel que podría ocasionar algún accidente a los niños.

«Pensamos que el patio no reúne las condiciones necesarias para que sea un campo de juego seguro para los niños», señalan fuentes de la comunidad educativa.

Nostalgia

De hecho, al profesorado le parece más seguro que los niños juegan sobre el alquitrán de la rúa Miño. Esta pequeña calle apenas tiene tránsito rodado puesto que únicamente hay una vivienda en ella, además del edificio del colegio. A la hora del recreo, los niños corren sobre el asfalto mientras dos profesoras de educación infantil se colocan a ambos extremos de la calle mirando a los niños y protegiendo con sus cuerpos cualquier invasión de vehículos o de personas ajenas al centro educativo.

Mientras tanto, los menores asomados a la valla miran con nostalgia su antiguo patio de juegos en la otra parte del colegio que está en obras y que se encuentra completamente tomada por las excavadoras.